Duendes Brujas y Nahuales

“De ella nadie se acuerda.” Fue una fra se lapidaria que un primer “alguien” pronunció sobre un segundo alguien. La expresión generó el pretexto para estas líneas. Sobre el segundo alguien, como ya se dijo, trata este escrito y es, por así decirlo, una respuesta al desafortunado enunciado aludido y al cual desde este momento podemos responder afirmando, “más vale, que te recordemos, Conchita”. Concepción es una mujer cuyo ánimo se ha desbordado de su   menudo cuerpo y ha inundado además a las comunidades de la Sierra Madre Oriental mexicana.   Quien dude de la presencia e importancia de su andar por estos suelos, vale la pena recordarle que sin su intervención y empeño, muchas manos nahuas y otomíes no tendrían donde depositar la semilla para sembrar y, otros seguirían siendo víctimas de la perversa relación entre justicia y ley, viviendo aún entre las rejas de alguna cárcel del país. Hagamos memoria. En la vieja y desparecida URSSS, Gorbachov abría posibilidades cuyas c

    Chiquillos ancianos Revoloteando en corazón de ayate Escucho su risa sobre el tapanco Caen abrazados y van sosteniéndome Nacieron de la muerte Fueron sepultados la gran madre tortuga los resucitó y sostienen a la Historia Chiquillos ancianos Vienen de lejos, de muelas y tejolotes rocas angulares del Anáhuac Ancianos chiquillos A pesar de los tiempos    Siguen guiándonos Siguen llamándose nuestros hermanos Alejandro Durán Ortega