Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2022

Una vuelta más.

Imagen
Fot. Alejandro Durán   Año nuevo, la Tierra ha completado la vuelta alrededor de su estrella. Gaía vigila a Tonatiuh; nunca se cansa, pero ¡vaya!, todo tiene un fin. Mientras, te ceñiré esta noche; el abrazo me permite, abandonarte el resto del año. Déjame repetir hasta el hastío lo que veo en las marquesinas, ¡feliz año!, mi lugar común favorito; ¡felices fiestas! mi frase fingidora, ¡que este año que empieza traiga lo mejor para ti!, mi mejor manera de librarnos de culpas; ¡felices compras! la que ronda mi lengua como la tierra al sol, pero que nunca se acerca. El computo del período anual dejó de ser juliano, para ser gregoriano, aun así, Tlalli sigue enamorada de Helios. Esa pasión no sabe de convenciones humanas. Mientras, fragmentaré ese trozo de carne y comamos esas uvas. Déjame escuchar la zalamería conocida ¡que rico que ha quedado!; ¡eres un artista de la cocina! La vianda me reconforta mientras pienso en la sopa instantánea diaria, que a medio salir del horno, te dejo o me

Sobre biólogos voyeristas y la proteína de los chapulines

Imagen
  Una plaga de chapulines ha invadido la huerta. Cuantiosos saltos de aquí para allá y alegría para pájaros, para el catrín, (mi perro) y la capulina, (mi gata). ¡Válgame Dios! No, no me molesta su presencia, ¿cómo podría molestarme un animal tan histórico? Ya ven tan hermoso que se ve el glifo del Cerro de Chapultepec, y tan registrados que están esos “saltadores” en el códice florentino. Como yo ya sabía que su contenido en proteínas supera el 70% decidí atrapar varios de ellos, para después investigar como cocinarlos. En la recolecta me he detenido, pues he visto a varios de ellos que sin pena ni pudor, andan copulando por el jardín, por el patio, por las cercas y por donde sea. ¡Que cosa más desconsiderada!, pensé, ¿acaso no tendrán un lugar más propio? Y por otro lado me pregunté, ¿si me los como en esta época de copulación no pasará nada raro en el platillo?   Así que antes de cocinarlos decidí investigar. En Redalyc, apareció el siguiente artículo: “Elección masculina de pareja

El Cristo latinoamericano

Imagen
Me atravesó la piel la pequeña púa del agave pulquero que había tomado para arrojarlo a la camioneta que había sido traída para transportar cien nopales y cien crías de maguey. Cuando advertí el pequeño hilo rojo, me acordé de “la gallina degollada” de Quiroga. Hay cuentos, poemas, novelas, textos, libros así, que se te aferran como espinas al pantalón de franela. Recordé otro texto, a parte del de Quiroga; uno, que siempre relaciono con magueyes pulqueros: “México Bárbaro” de John Keneth Turner. Es libro se hallaba en la biblioteca de mi padre, ese mi padre, siempre rojo, y siempre a la izquierda. (Es bueno que no vea lo que ha sido de la izquierda en el México de hoy) Pero decía, ese libro se hallaba ahí y él me encontró. Esa edición en especial presentaba un grabado, grabado neurálgico y reflexivo. Un hombre de apariencia mestiza, y de huaraches, se encuentra atravesado por un agave. Las pencas y púas le cruzan piernas, brazos, manos y pecho. Sus pies descalzos dan seña de su origen

Sobre el privilegio de ser leído y el sentido de la lectura

  Hace poco alguien me dijo "compraré tu libro pero no lo leeré, siempre me da sueño cuando leo". Leer no debe dar sueño, leer puede (aunque no necesariamente) sembrar sueños, transformar defectos y desarrollar cualidades. Digamos que uno es lujurioso, entonces tomas al Marqués de Sade, tal vez “Justine o los infortunios de la virtud” o “Las ciento veinte jornadas de Sodoma o la escuela del Libertinaje” acabado de leer, te darás cuenta que lo tuyo no era lujuria, sino simple calentura primaveral u otoñal según el caso. Digamos quizás que pretendes ser vanidoso, pues lees el retrato de Dorian Grey, y te das cuenta que tu belleza no es tanta, pues hasta la fecha nadie se ha interesado por pintarte y más bien eres simpático con un toque de inocente ignorancia. Pongamos el caso que eres resentido, pues lees “Pedro Páramo” de Rulfo, y te das cuenta que tu odio no llegará a matar un pueblo entero, y más bien lo único que se está matando es lo poco que queda de ti en tu alma. Así qu