De ella nadie se acuerda
“De ella nadie se acuerda.” Fue una fra se lapidaria que un primer “alguien” pronunció sobre un segundo alguien. La expresión generó el pretexto para estas líneas. Sobre el segundo alguien, como ya se dijo, trata este escrito y es, por así decirlo, una respuesta al desafortunado enunciado aludido y al cual desde este momento podemos responder afirmando, “más vale, que te recordemos, Conchita”. Concepción es una mujer cuyo ánimo se ha desbordado de su menudo cuerpo y ha inundado además a las comunidades de la Sierra Madre Oriental mexicana. Quien dude de la presencia e importancia de su andar por estos suelos, vale la pena recordarle que sin su intervención y empeño, muchas manos nahuas y otomíes no tendrían donde depositar la semilla para sembrar y, otros seguirían siendo víctimas de la perversa relación entre justicia y ley, viviendo aún entre las rejas de alguna cárcel del país. Hagamos memoria. En la vieja y desparecida URSSS, Gorbachov abría posibilidades cuyas c