Bienvenidos a "La Gloria"
Alejandro Durán Ortega Encumbrada en el Valle de Perote, se encuentra "La Gloria", pueblo místico que de entrada recuerda a la Comala de Pedro Páramo. Algunas de sus calles, rincones esquinas parece se han detenido en el tiempo y esperan ansiosas algo, alguien que las despierte. Pero en otras de ellas la modernidad se asoma y nos deja entrever que algo ha cambiado, aunque no del todo. Es por demás decir que La Gloria tiene ese encanto misterioso de los pueblos del ayer que viven hoy. Esos pueblos que se niegan a abandonar del todo su pasado. El andar por sus calles rememora el entrar del siglo XX y si se tiene imaginación puedes atestiguar como el pueblo entero huele a ese pulque que en barricas era mandado al Puerto de Veracruz. Huele además a pan antiguo, de ese que era amasado a base de sudor y esfuerzo y del que hoy todavía quedan maestros. El frente de la capilla de la vieja hacienda de Cuauhtotolapan se alza gloriosa como claro ejemplo de las cosas pasadas y
En general toda mi reflexión gira en torno del "estereotipo", o como también se le ha llamado a lo que la ponente describe, "imagotipo". En segundo lugar, habría que pensar que una "imagen" es siempre una representación con base perceptiva que "reduce" o "resume" alguna entidad, pero que nunca la posee por completo, sino que la corta.
ResponderEliminarLa verdad, y aquí voy a polemizar con usted, pero todavía soy un seguidor de la que llamo "la Aventura Racional". El hecho es que me parece que cuando Lévi-Strauss habla del pensamiento en Estado Salvaje, en gran medida nos describe un sistema mental que opera por medio de "tipos" y de "imágenes". Es decir, opera en la región de los "sustantivos" que cortan, esquematizan y resumen la información para hacer eficiente la comunicación. ¿Eficiente en qué sentido? Me parece que al estudiar el funcionamiento del cerebro humano desde la fisiología, no podemos ya negar que opera según una lógica de ahorro de energía: el cerebro busca optimizar, gastar la menor cantidad de energía para el fin dado, o más aún, en el cerebro se da un apego por fines que exigen medios menos costosos, en términos de energía. Y me parece que la presente argumentación y la conferencia de la autora demuestra que la argumentación "racional", es decir, de "ratio", que separa, que distingue, que articula, que no busca la redondez sino la variación... me parece que la argumentación racional es más costosa (tardada, por ej) que la que opera por imágenes.
¿No será por eso que el poder busca el empleo de las imágenes y los estereotipos como lenguajes porque es un medio más eficiente, más barato cerebralmente para lograr la dominación?
Lo que quiero decir es que el estereotipo del africano pobre, del mexicano migrante, y de cualquier "historia sola" es más ergonómico, más fácil de patentar, empacar y distribuir que la racionalidad. ¿Cuánto nos toma leer un libro serio sobre Nigeria? ¿Cuánto nos toma ver una película sobre Nigeria? Y ahora, en la película, para apoyar mi argumento: ¿Qué suele ser más taquillera? ¿La película que todo lo "explica" (expone por imagotipo)? o la que casi nadie entiende y que hay que ver quince veces para captar la discusión?
Ahora, me parece que el ser humano tiene miedo a la incertidumbre. Me parece que he ahí el "recurso significativo" que en origen tienen las religiones para constituir maquinarias de poder. Cabría decir que los estereotipos son sin duda medios menos costosos de anestesiar este miedo al vacío que el descubrimiento de matices y complejidades razonables. La gente no es estúpida, sólo es producto de un esfuerzo (macro y micro político) por mantener en la apacible dominación a las fuerzas y los deseos.
Y la última reflexión que pienso con respecto a los estereotipos es que también responden a un reparto de funciones y valores que "el Centro" (o el Imperio) hace de la "Periferia": la exotización forzada. No es el primer caso que veo el que narra la ponente sobre su profesor que criticaba la ausencia de "autenticidad africana" en su novela. En la historia del arte podemos ver que mientras "el Centro" tiene la vocación de la vanguardia, por ejemplo, "la Periferia" debe aspirar a la reproducción y defensa de una expresión "tradicional", relación que, por supuesto, es ordenada desde "el Centro", sobretodo institucionalmente, pero no solamente. Recuerdo cómo mi chica una vez miraba la portada del libro "Recetario Tarahumara" en el que aparecía una fotografía de una mujer rarámuri haciendo tortillas y con una lata de marca industrial en la que contenía agua. Mi chice me dijo: "yo nunca pondría eso en un recetario tradicional tarahumara", y comprendí que es que debe haber alguna necesidad de Occidente por PRODUCIR AL OTRO. Necesitamos la diferencia. Quizá en las relaciones de producción lo que se requiere como diría Meillasoux es un pretexto que produzca fuerza de trabajo barata, pero también a nivel del significado y de la psique de los sujetos occidentales parece haber una necesidad de producir espacios idílicos en donde pululen a la vez las esperanzas (bellos paisajes, bellos animales en África, no aquí) y los alivios (hambre, guerra y muerte en África, no aquí) para el sistema que se vive como imposición a la individualidad. Quizá por el primer caso el yoga está tan de moda como si fuera una verdad universal, y por el segundo caso sólo se habla de lo peor de África. Es asombroso como la pereza y la debilidad emocional del Occidente explota también en el mundo del significado (explotación semiótica?) a "la Periferia", al "Otro", al que parece necesitar para salvar la propia subjetividad.
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