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Mostrando entradas de mayo, 2021

Sobre las lides cristianas

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Veo todas las tardes a mi madre y padre, alrededor de su libro sacro, detenidos en la parte de “vísperas”, rezo obligatorio para diáconos permanentes. Veo su devota manera de pedir “por todos”, incluso por los que nos hicieron daño. Repaso mi vida y me recuerdo arrodillado, a los 12 años frente al Santo Sacramento, en vigilia de adoradores nocturnos. Yo no quiero ser Tarcisio, mea culpa, mea culpa . El templo calmo, y la débil luz rebota brillante en esa oblea que no es pan. Desde el aquí y ahora repaso el nombre de los once que venían con Fray Martín de Valencia, me detengo en Motolinía, y el corazón descansa; más no es suficiente, me obligo a voltear al otro formidable fraile, su nombre sigue rezumbando en Chiapas. Recorro mentalmente el camino, franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas y es forzoso detenerse nuevamente; el clero secular sigue vivo, el regular sobrevive. Hidalgo ya no es el mismo, nos lo volvieron estampa con cabeza de anciano venerable, (muy parecida a la de un l

Con la cola para arriba.

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Amanecí con la cola para arriba; y es que no hubo otra manera de amanecer. Ayer fue definitorio. Mis amores y mis angustias se juntaron a andar de la mano como si yo no existiera y, amanecer con la cola para arriba pues, ya es una ganancia. La tía Petra me buscó muy de mañanita; traía cargando en una mano un atado de cebollas de cola larga, y en la otra una sartén. La tía Petra sostiene que comer lo alivia todo, un buen caldo de gallina puede acurrucar un corazón. Cierto o no, ayer le ayudé a la tía a preparar, con esas cebollas y ese sartén un buen guisado de papas encebolladas. A mí se me hizo raro que la tía llegará tan temprano, pero supongo que las angustias y los amores necesitan tiempo para madurar. Estaba yo atizando la lumbre con mi sombrero, cuando de repente me lo soltó… -“ayer vi a la Mariana colgada del pescuezo de Juan Costillas”-. La Mariana, es mi prometida, fui a pedirla como mujer hace dos meses. Y yo, que no la quiero, pero sí la necesito, volteé la cabeza despacito

Sobre las cabras en dos patas y la postura del Gobierno Federal sobre la Minería y el Fracking

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Entre los cuentos de Francisco Rojas del libro “El diosero” aparece “la cabra en dos patas” maravilloso relato donde Juá Shota (indio otomí), recibe una oferta monetaria por su hija. La hija, llamada María Agrícola, fue nacida en lugar agreste y una vez crecida dedicaba sus días a cuidar chivas y poseía como toda criatura, belleza propia. “Sus carnes cobrizas asomaban por entre los guiñapos que vestía, la cara chata hacia marco a los ojos de cervatilla y su cuerpo elástico combinaba líneas graciosas con rotundeces prietas.” (Rojas, 2005:86) En el relato, María Agrícola se convierte en objeto de deseo de cierto ingeniero minero que llegó a instalarse (con todo y esposa blanca y de ojo verde) frente al hogar de Juá Shota. La tierra mexicana actual se parece en gran medida a María Agrícola, deseada por empresas de distinta índole, sobre todo mineras.  María Luisa Albores González, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, informó que durante el periodo neoliberal, alrededor de

“Nos han dado la tierra” y vamos sembrando vida. ¿Sembrando vida o debilitando comunidades?

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  En uno de los maravillosos cuentos del “El Llano en Llamas” aparece el cuento de “nos han dado la tierra”. Acentuado en la época posrevolucionaria, les han dado la tierra a un puñado de hombres recios y revolucionarios, pero desarmados; y desarmados ya no eran lo mismo. Les otorgaron todo un llano, un llano estéril e inútil, y el delegado del gobierno vino a entregarlo, y el gobierno siempre será gobierno. Nuestro gobierno actual entró con mucha legitimidad y esa legitimidad les da la posibilidad de cometer atropellos. Cualquier cosa que se les diga se les resbala debido a esa aura de legalidad. Hablan de amor y de pueblo, pero poco a poco se les va secando esa saliva. Se han vuelto como el delegado de “Nos han dado la tierra”. Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada

La tona vs el capitalismo

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  El relato con el que abre Francisco Rojas su libro de cuentos “El diosero” es el de “la tona”. En él, relata como un niño termina llamándose "Juan Bicicleta". Más allá del narración que ha sido una de mis favoritas. No creo que exista categoría más trascendental en el mundo mesoamericano que la de la “tona”, a veces llamado también “nahual”. La tona puede ser entendida como la relación profunda, que mantiene el hombre mesoamericano con la naturaleza. Algunos afirman que la tona es en realidad un espíritu tutelar.   Cada niño o niña cuando nace, adquiere una tona, es decir un animal con el cual va estar relacionado toda su vida. Pero es una relación intrínseca, puesto que los destinos de animal - tona y del niño o niña serán el mismo. Esta idea muestra cuan relacionado se encuentra dentro de la cosmovisión mesoamericana el humano con la naturaleza, al grado de plantear a hombres y mujeres como parte de ella y no sobre ella, o como controlador de la misma. Esta visión viene