10 de septiembre
Empiezo a escribir tarde el día de hoy, así que no esperen mucho, pero platicaba sobre el nombre de las colonias, y cómo, el indagar sobre el origen de su nombre, te puede encajar en problemas. Claro está, que en complicaciones te puede meter cualquier topónimo, ya sea que su origen sea antropónimo o derivado de la geografía. El nombre de colonias, calles, ciudades, pueblos y hasta países tienen esta condición: significan, demarcan. Hay luego una segunda resignificación, el contenido ulterior generado por la historia, por el machacar del paso diario. Los humanos tendemos a nombrar las cosas y en el nombrar está el pensar. Palabra y pensamiento, así las cosas. Los nombres hacen territorios, el de mi barrio es nítido “el Cuerno” aunque la connotación sea alterable y en contraste la denotación se desvanece cuando sugieres “Mártires de Tacubaya”. Pongamos otro ejemplo, nombremos cuatro lugares, “Tacubaya, Ayotzinapa, San José Gracia, e Inglaterra. ¿Qué nos dice cada nombre? ¿Significan?