Carrera de Melones
Dejar rodar un melón por una
calle empinada para ver cuál llega primero, parecería una nadería; sin embargo,
déjenme apuntar una serie de elementos del por qué considero a este singular
evento como un fenómeno digno de ser ensalzado. En principio, se trata de una
organización que no tiene relación alguna con alguna entidad oficial, pues ha surgido
del ánimo primero de un grupo de jóvenes y luego del ánimo de los ya cientos de
participantes. Esta característica vacuna al evento en dos sentidos, primero del
uso político a la que son sujetos la mayoría de los eventos culturales y recreativos
no sólo en Xalapa sino en todo el país. Así la carrera de melones no sostiene banderas
ideológicas partidistas, cuestión que hay que agradecer. Por otro lado, el
mismo hecho de que no esté ligado a instancias oficiales; que tenga una década de
llevarse a cabo y que tenga una participación multitudinaria y organizada, habla
de la capacidad de la sociedad civil frente al Estado La carrera de melones es
la muestra de que cuando el Estado desaparece, la solidaridad social florece.
Así pasó en el temblor del 86 en la CDMX, pero digamos en negativo. La carrera
de melones es muestra de la capacidad de organización y solidaridad de eso cosa
tan ninguneada en estos días, llamada sociedad civil.
La carrera de melones es también
muestra de cómo las empresas pueden colaborar con la sociedad civil, pues entre
ellos se hallan muchos patrocinadores.
Por otro lado, la mayoría de los
participantes son jóvenes y niños, que han generado un espacio que el Estado no
les ofrece. Espacio de recreación, de convivencia sin competencia. Cierto, es
una carrera y uno es el ganador, pero no se sabe hasta ahora de que algún melón
perdedor haya quedado resentido. Espacio también de creatividad: los melones “más
guapos” siempre refieren a verdaderos esfuerzos de ingenio. En este año, ganó
un melón cajero de OXXO y un melón Chems.
En suma, la carrera de melones es
más que un juego, es una de las expresiones más genuinas de las capacidades y expectativas
de la sociedad. Ojalá, los gobiernos brinden lo necesario para que se lleva a
cabo. Entre esas cosas estaría que ofrezcan seguridad y que no metan las manos
al evento.
Alejandro Durán Ortega
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