La Hoa Roja de Miguel Delibes

 


Después de dos meses, he acabado de leer “la hoja roja”, novela de Miguel Delibes. Texto que tienen como protagonista a un hombre mayor, en este caso, el viejo Eloy a quien le ha salido la “hoja roja”. Por lo que entiendo y por lo que también me han confirmado, ciertos paquetes de hojas para envolver cigarros incluyen una de color rojo, con la intención de avisarte que ya sólo quedan cinco. La hoja roja se convierte así, en un aviso del término del paquete y en el caso de Don Eoly, protagonista de la novela, en aviso del poco tiempo que le queda en la vida. La novela inicia precisamente en la ceremonia de jubilación de Don Eloy, donde la entregaran una medalla por su labor en el servicio público

La jubilación, todo lo cambia, Don Eloy se ver reducido a su casa y la convivencia con su sirviente “Desi”, chica con cultura pueblerina de la España de la primera mitad del siglo XX. La novela va a girar en torno a estos dos personajes; por un lado, las preocupaciones de don Eloy por saber qué va a ser de lo que le resta de vida, pero sobre todo en el proceso de reflexión de la vejez y la cercanía de la muerte y por el otro, la Desi, que se volverá poco a poco en confidente y amiga de su patrón., está imbuida más bien, en preocupaciones más juveniles su mente gira en torno al “Picaza”, individuo de su pueblo con el que la chica tiene intenciones de casarse. Juventud y vejez en un solo edificio, se relacionan y el viejo termina por enseñar a la muchacha a leer y a escribir. Aun con la diferencia de edades, la relación se vuelve cada vez más fuerte y hay una extraña confianza entre el viejo y la muchacha, de tal manera que muchos de los secretos que había mantenido durante 60 años don Eloy los va a expresar con ella.

Por supuesto, desde la vejez se evalúan las cosas de manera diferentes, por ejemplo, el narrador dice a propósito del pensamiento de don Eloy... “en sus tiempos todo el mundo era más serio y los problemas serios se dirimían sin prisas. Con la pertinente seriedad y etc..,” es decir existe una constante comparación entre cómo se piensa la juventud pasada y la juventud presente.

Vale la pena analizar la presencia de Eloy, como personaje principal, es un individuo que no sólo habita la vejez, sino que reflexiona alrededor de ella, y a pesar de todo, posee dolencias que nunca se le han quitado desde joven, por ejemplo, en cierto momento el narrador dice… “de nuevo bebió el viejo para olvidar su orfandad”. Hablaba en ese momento el viejo Eloy sobre la muerte prematura de su padre, y a pesar de los años, el sentimiento de orfandad no lo había abandonado. Se trata de un anciano sí, pero se trata de toda una vida que no ha dejado de sentir la ausencia. En este punto recordé a mi propio padre, cuya madre murió pronto y cuyo padre no funcionó nunca como tal. Delibes me hizo reconocer aquel sentimiento en mi propio padre, he aquí la magia de la literatura y del arte que viene atravesando lo humano.

El proceso de vejez se expresa en frases como la de... “tengo más conocidos aquí que allá afuera”, refiriéndose al anciano al panteón. Este proceso de vejez nos obliga a reflexionar sobre lo que es “importante” en esta sociedad actual. En la novela el viejo decide ir a ver a su hijo, quién vive con su nuera en Madrid. Nuera e hijo lo reciben, pero no del todo bien, se trata de una familia moderna con un apartamento en una ciudad importante y dónde el viejo, ya no tiene cabida. En este sentido, me pone a pensar en qué esta sociedad está harta de los viejos y han de recurrir a los cánidos para expresar cuidados y amores. En esta sociedad actual es mucho más sencillo expresar amor por un gato o por un perro que por un viejo. Te da más estatus y apariencia de ser responsable. Si no se cuida a un anciano se recurre a un sinfín de justificantes, como el “no ahorró para el futuro” “él es responsable porque en su juventud no previo”.

Existe una relación que el autor hace entre la frialdad y la vejez, El viejo Eloy siempre tiene frío y le agradan los lugares cálidos. Se expresa aquí la metáfora del frío de la muerte. También aparece en este sentido la relación ya conocida entre la palabra hogar y hoguera; “hoguera” como símbolo de bienestar, “hoguera”, como símbolo familiar; ¡vaya! “hoguera” como hogar. En este sentido, el frío que siente don Eloy no necesariamente es el de la cercanía a la muerte sino el del alejamiento del abrigo social.

Alejandro Durán Ortega

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