Apuntes sobre Utopía de Tomás Moro
He recordado que yo mismo he tenido una nodriza. Las nodrizas son harto comunes en diferentes circunstancias, pero no todo mundo ha tenido alguna. Algunas nodrizas son pagadas y otras como en mi caso, se hicieron cargo porque de manera contextual la madre se halla impedida. Mamar de otro pecho, que no es el de tu madre, debe generar no sé qué beneficios o malestares en un niño. En todo caso, sin aquel generoso seno, yo no hubiera sobrevivido. Rafael Hitlodeo, refiere que las nodrizas en Utopía son consideradas con gran prestigio pues han hecho un acto de misericordia son mujeres que se llenan de alabanza. Una teta puede significar una vida. Así lo creo y lo agradezco, pero habla también Moro de la moralidad en utopía y dice que no hay lupanares, un lupanar, como ustedes saben es palabra que proviene del latín, que refiere a un prostíbulo y que alguna relación tiene con la palabra loba. Y pienso y reflexiono, esas lobas de los lupanares, esos prostíbulos llenos, no son acaso también merecedores de algún elogio. No hacen también una contribución a aquellas lobas tanto o más que las nodrizas. ¿Quién? me pregunto realizará un mejor servicio; la primera que asegura la vida o la segunda que nos las hace más ligera. Vaya una apología también, para aquellas lobas.
Sabemos
pues que Utopía es uno de los textos que van a dar pie a todo un género de
literatura que, propone ciudades, lugares, sociedades, inexistentes y altamente
morales o bien, dónde las prácticas sociales son ordenadas y desaparecen o se aminoran
los males sociales que toda sociedad vive. El autor nos previene desde ya, en
el propio título “Utopía” “lugar que no existe”, de lo que el lector encontrará dentro del
texto, de tal manera que es de extrañarse, que algunas mentes importantes lo
hayan tomado a pie juntillas.
Lo
de Moro es un anhelo, un anhelo que bien podría ser universal, pero que
objetivamente se plantea irrealizable. Hay una frase que quizás valga la pena
retomar porque en ella se resume el anhelo de justicia de toda la humanidad. Cuando
el supuesto narrador de Utopía se encuentra en reunión con el cardenal y otros
allegados discutiendo sobre la pena de muerte para el delito de robo; Rafael Hitlodeo,
suelta la frase; “Dudo que todos los bienes de este mundo valgan una sola
existencia humana.” Estas solas líneas valdrían la pena para elogiar la vida y
obra de Tomás Moro.
Otra
frase que vale la pena citar es la de “todos los placeres están permitidos
mientras no engendren ningún mal.” No puedo suponer que dicha argumentación
tuviera buena recepción entre reyes y papas ni los de ahora ni los de antes y sospecho
que los de antiguo y los del presente más se parecen a los esclavos a los que el
propio Moro refiere #Llevan zarcillos anillos collares diademas de oro”. El oro
en los esclavos, es una fuerte alegoría que podríamos reducir diciendo oro para
los esclavos, oro para los papas, oro para los políticos, oro para los
empresarios. Zarcillos en tus orejas, collares en tu cuello, anillos en tus
dedos, anillos en tus narices como bestia de carga. ¡Ay querido! amigo lleno estás
de oro; tus orejas cuelgan por el peso de los aretes, tu cabeza se inclina por la
corona. En tu cuello tienes marcas porque ya no te da el sol que ese collar tapa.
El oro impide que te dé el sol en la piel y ahora tienes una marca negrea, como
cerdo, que ha estado atado a un lazo por largo tiempo. El mismo Rafael dice: “los
honores del rico por el simple hecho de serlo no es otra cosa que locura.”
Me
parece que lo demoro es el todo relevante y me parece el más adelantado de
todos los anglosajones.
Cierro
con esta frase dice Hitlodeo, (cuyo apellido es broma) que, los utópicos piensan
que “en verdad hacer uso de fuerza y de amenazas para que todos acepten lo que
se cree debe ser la verdad, es cosa que les parece tiránica y absurda”. Cabe
incluir en esta reflexión, junto con la fuerza y la amenaza a la astucia; esa
astucia es la que más daño ha hecho en nuestros días.
Alejandro
Durán Ortega
Comentarios
Publicar un comentario