Algo sobre Molière
Alfonso Reyes me llevó a Molière, buscaba yo la referencia que
aparece en su texto, “Apolo o de la literatura” sobre Monsieur Jourdain, el
burgués gentilhombre. He aquí una de las maravillas de la literatura. He
degustado otras tres comedias aparte de la señalada: “Tartufo”, “El misántropo”
y “El enfermo imaginario”. ¿Qué será lo que hace a Molière subir al pedestal
de la literatura mundial? A mi juicio, su capacidad para desnudar, para abrir
en canal a la raza humana. Aún más genial, lo hace a través de la comedia. Todas
las pasiones, todas la ansiedad, toda locura, queda expuesta por medio de la
risa, esa gran “cura todo”.
Tenemos a Tartufo, que usando el
engaño y la mentira como principal arma, se hace pasar por hombre justo, recatado
y religioso. Este Tartufo es un truhan, que ha logrado engañar a varios con su
falsa escrupulosidad y respeto por las cosas sagradas. No muestra Molière, este tipo de hombres que aún
vemos metidos en las iglesias, esperando a aprovecharse del más incauto. “El
Burgués Gentilhombre”, recuerda a aquellos que quieren ensalzarse con la mera
apariencia pero rehúyen el esfuerzo, y en “El enfermo imaginario”, refiere a los
que se quejan por nada y se enferman de todo. Cosa aparte para mí, fue la
lectura de “El misántropo” que resulta infeliz a pesar de que se le pongan las
cosas buenas.
Más allá de las historias
concretas, los textos de Molière
son de una actualidad pertinente, puesto que cada uno de sus personajes, posee
características bien humanas y sabidas, aunque a veces escondidas. La lujuria
de Tartufo, la avaricia de Belina, mujer de Argán, personaje principal de “El
enfermo imaginario”, la coquetería de Celimena, amante principal en “El
Misantropo” etc. Por otro lado, Molière
ejerce una crítica aguda a ciertos status de la época y claro, también de la nuestra. Pasan por su pluma, médicos charlatantes, abogados deshonestos, maestros aprovechados
etc. Curiosamente en algunas de las
obras, la voz de la cordura viene representada por las clases bajas, como el
caso de Toñeta en “El enfermo imaginario” o de Nicolasa en el “El Burgués
Gentilhombre”, y donde las dos, son criadas.
Así pues, Molière es uno de los grandes, su vida,
según leí en la introducción de Rafael Solana, no fue muy apacible, y su fama
(como tantos otros) la generó después. Es necesario señalar como en “El enfermo
imaginario” aparece cierto diálogo entre el personaje principal Argán y su
hermano Beraldo que resume de manera genial lo que a los ojos de la época era
considerado nuestro autor:
Beraldo – […]
Para ello y para divertiros, placeríame que vinieseis a ver conmigo alguna
comedia de Molière.
Argán - ¡Buen
impertinente es ese Molière con
sus comedias! ¡Ocurrírsele burlarse de hombres tan honrados como los médicos!
Beraldo – No se
burla de ellos, sino dela ridiculez de la medicina.
Argán -
¿Quién es él para meterse a gobernar la medicina? Gran necio e impertinente os
digo que le juzgo cuando lo veo burlarse de consultas y recetas, atacar a la
médica corporación y llevar a las tablas a tan respetables señores.
Beraldo- ¿Qué
queréis que lleve sino las diversas profesiones humanas? A diario se hacen
salir en las comedias reyes y príncipes, que son tan de buena cosa como los
médicos.
Y el diálogo
continúa.
Alejandro Durán Ortega
Alejandro Durán Ortega
Comentarios
Publicar un comentario