Sobre la formación a “cachitos” y la importancia de la lectura de los clásicos.
Una de las cosas que he siempre he tenido en mente, es la extraña manera de formarnos, dentro de la Educación Pública de este país. En el ámbito de la formación superior ya sea pública o privada, la lectura y la escritura deberían ser básicas y por supuesto que en cierta medida lo son, pero el uso de la lectura como elemento fundamental en el proceso de formación posee dos aristas relacionadas entre sí, que desmenuzo a continuación.
Los clásicos son como las aldabas. Ésta, se encuentra en Huayacocotla La fotografía es de un servidor Alejandro |
Se acusa entonces al estudiante
de flojo. Es que, (dicen algunos) “los muchachos de hoy en día ya no leen o sí
saben de alguien o algo, no es por su lectura, sino porque vieron "algo" en un vídeo en
internet o de plano buscaron en el “rincón del vago”. El dicho no es del todo falso, pero
yo conozco estudiantes con excelente capacidad de lectura, deseo y aplicación
en ello.
Segundo, en el proceso de
formación universitaria se ha olvidado por completo (o casi) la lectura de los
clásicos de la literatura universal; es decir, el ingeniero lee cosas muy
ingenieriles, el psicólogo pues textos muy psicológicos y se desestima cualquier
otra lectura que no provenga de su propio campo de conocimiento. La cuestión
parece de lo más normal, ¿para qué le serviría leer “el Principito” a un ingeniero civil, o a un médico? Cuando esta pregunta hice a un maestro de la
facultad de medicina de la UNAM, (cambiando lo del ingeniero por médico) éste
me contestó que: “pues en la medicina no le serviría de nada, pero que en su
tiempo libre podía entretenerse leyendo eso.”
Así pues lo único que nos queda,
es esperar a tener tiempo para poder “entretenernos” con
estas lecturas clásicas. Sin embargo, nada más alejado de la razón. La lectura
de los clásicos debería ser obligatoria en todos los niveles y en todas las
áreas. ¿Por qué no ocurre así? Por una simple razón, las universidades están
cooptadas por el sistema capitalista, y a éste no le interesa el proceso educativo
de nadie.
El proceso educativo en general, la
ciencia; necesita dos cosas para poder desarrollarse: tiempo y libertad de
pensamiento. Una investigación que aporte a la ciencia o las comunidades no se hace en olla exprés, ni estando preocupado por si te van a correr de tu centro de trabajo. Ninguno de los dos elementos (libertad y tiempo) son parte del capitalismo, antes al
contrario, dicho sistema requiere, rapidez de producción de lo que sea, entre
ello, profesionistas, (conozco universidades donde el titulo es lo primero que firma el rector, aun si saber si el estudiante existe) y por supuesto el capitalismo requiere lo contrario a la libertad, es decir, mentes colonizadas que puedan poseer gusto
por la novedad y capacidad de consumir. La fórmula nos la aclara Ordine Nuccio:
“máximo beneficio en el tiempo más breve”, o como diría alguien que conozco, vamos a hacer todo "rapidito, rapidito".
Para ver más sobre el tema les
recomiendo el texto de Ordine Nuccio, “Clásicos para la Vida”, y verán ustedes
cómo , la lectura de clásicos nos permite ir aprendiendo a vivir y por ende a
no sólo existir.
Alejandro Durán Ortega
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