Sobre las verdades y las mentiras.
Inauguramos esta sección de opinión de un servidor, y agradezco enormemente a la Radio Huaya, “la voz campesina” el haberme invitado a ocupar este espacio del noticiero. Es un honor inmerecido el que recibo, y a la par se trata de un reto enorme; estamos hablando de la Radio Independiente más antigua de este país, su historia se haya ligada a la de la sierra, a la Huasteca, al andar de sus grupos indígenas, a la lucha por la justicia, la dignidad y la igualdad. A pesar de lo anterior, he aceptado el reto porque como muchos de nosotros y nosotras, algo puedo y tengo la obligación de decir y sobre todo hacer respecto de este cada vez más caótico mundo, país, Estado, y región que ocupamos. Espero pues, no defraudar la confianza de los que me invitaron, de los radioescuchas y lectores, y que mis palabras sean puerta para otras reflexiones y otras acciones en pro de una vida más digna para todos y todas. Espero pues, apegarme a la verdad.
Mi perro, el Catrín, nunca dice mentiras. |
Sobre la “verdad” acaso es que
podemos iniciar este espacio. “La verdad”, amigos y amigas es algo tan
escurridizo como agua entre los dedos y yo, podría adelantarles que tenemos que
desconfiar en aquellos que dicen poseerla, o ser los dueños únicos. Las pruebas
históricas de esta pretensión son suficientes para alarmarnos sobre sus
consecuencias. Nadie más convencido de tener la verdad que Mussolini, Hitler,
Stalin o Díaz Ordaz. Para muestra un botón: Díaz Ordaz, asesino de estudiantes y
trabajadores en 1968, declaró: “Estoy orgulloso del año de 1968, porque me
permitió salvar al país.” https://aristeguinoticias.com/0110/mexico/estoy-orgulloso-del-ano-de-1968-porque-me-permitio-salvar-al-pais-gdo/
Todo esto a colación de que
hace unos días Andrés Manuel López Obrador ha inaugurado a remedo del “quién es
quién en los precios” de la PROFECO, “el quién es quién en la mentiras”,
espacio que pretende evidenciar a aquellos medios de comunicación que falten a
la “verdad”. Nada tan de mal gusto y desatinado para este gobierno. Deja tú lo
del mal gusto, nada más peligroso. La diferencia entre estas dos modalidades
(la de la PROFECO y la de AMLO) es que
mientras en la primera, posee criterios objetivos y a la
vista de todos (https://www.profeco.gob.mx/precios/canasta/default.aspx)
pues se conocen ingredientes o costos de productos, con los cuales se
puede hacer una comparativa) cuestión que en ultimadas cuentas posee el
objetivo de que el consumidor tenga elementos para formar su criterio propio,
en el segundo caso no existen tales criterios, o tal vez sí, el único, o el
verdadero es el del Gobierno Federal.
Que quede claro que desde
este espacio no defiendo a los medios vendidos y que sabemos han estado relacionados
con los poderes económicos trasnacionales y nacionales, defendiendo los
intereses de éstos y haciendo caso omiso del sentir y de la angustia del pueblo;
pero eso, por favor, lo sabemos desde hace mucho, (de otra manera el mismo AMLO
no hubiera llegado a la presidencia). Sabemos quién es Joaquín López, Brozo, Loret,
y un largo etc. pero pensar que necesitamos la “guía” del Gobierno Federal para
poder discernir en nuestro juicio es no sólo un despropósito, sino un absurdo, puesto que parte del supuesto de que la ciudadanía mexicana sigue teniendo minoría de edad.
Andrés Manuel asume que únicamente
“se defiende de la mentira” y con ello defiende al pueblo, sin embargo, “el
quién es quién en la mentira” se juzga
como inquisitorial, donde una única voz puede ser válida. El juego es
peligroso, porque parece plantearse desde el Gobierno Federal que se escucha a
todos, porque así es la democracia, pero al final sólo su voz es sacra. En todo
caso no hay debate en eso, sino legitimación subyacente en una pretendida
pluralidad.
Alejandro Durán Ortega
Comentarios
Publicar un comentario