La comunidad ante el hallazgo arqueológico. Editorial Radio Huaya 27 de abril 2023
Regularmente dedico este espacio para ofrecer una visión crítica de ciertos hechos del país, de la región o del Estado, pero en esta ocasión me daré una tregua, y les propongo un tema amable y bello. Se trata del descubrimiento de una pieza arqueológica conocida como “La joven de Amajac” pieza prehispánica encontrada en la comunidad de Hidalgo Amajac, en el municipio de Álamo Temapache al norte del Estado de Veracruz.
La dama Huasteca |
Se trata de una pieza elaborada con roca caliza, los especialistas la ubican en el período prehispánico conocido como posclásico tardío, (esto es, unos cientos de años antes de la llegada de los españoles a estas tierras) Según una hipótesis la dama plasmada en roca, representa a una joven gobernante huasteca, siendo única en su tipo en la cuenca del río Tuxpan.(1) Pero, más allá de la importancia que tiene como fuente para la historia y el grupo teenek en particular y por su puesto para la Huasteca en general, quiero subrayar la relación que la comunidad ha tenido con esta joven dama.
La pieza fue hallada por don
César Cabrera y otros hombres quienes el primero de enero la desenterraron del
lecho de un campo de naranjas. La primera cuestión de valor en esta historia es
el hecho de que ante el hallazgo, este grupo haya pensado y decidido en dar
parte a las autoridades correspondientes y no en ocultar, destruir o peor aún,
intentar vender la pieza.
Interior del Recinto |
Algunas personas no actúan con la ética y buen juicio con la que actuaron estos buenos hombres, sabemos de casos no muy lejanos, donde antiguas estructuras prehispánicas fueron desmanteladas o demolidas para vender el relleno constructivo como materia prima, cosa realizada por ¡las propias autoridades municipales! Otras, que ignorando la importancia histórica de, por ejemplo de una serie de pirámides, utilizaron la piedra para construir viviendas o una escuela moderna.
Por otro lado, sabemos que los
ingenieros civiles y los arqueólogos son, por así decirlo, “enemigos
naturales”. Al ingeniero, le preocupa en mucho el hallazgo antiguo, porque sabe
que el hecho detendrá la obra, algunos de ellos (que no todos) han escondido y
destruido, piezas con tal de que la labor no pare. Recuerdo, no hace muchos
años en una construcción hecha por compañías privadas para la federación, se
hallaron una serie de huesos, al parecer antiguos, que al otro día,
misteriosamente habían desaparecido.
Recinto de la joven huasteca |
Por último, no saben ustedes la cantidad de amigos que a veces me han mandado mensaje, diciéndome “encontré esta pieza, o esta otra” ¿Cuánto vale?” Por supuesto estas personas, no saben la diferencia entre ser arqueólogo, etnólogo o etnohistoriador, pero en todo caso, la intención de estas personas es sacar un beneficio económico de lo que han encontrado. Son muchos, y parece que van en aumento, los “aficionados” a lo antiguo que se están dedicando a desenterrar “tesoros”. Armados con aparatos detectores de metales caminan por cerros y valles, ilusionados por encontrar oro y plata enterrados por algún cacique en la época de la revolución o la independencia. La gran mayoría no haya más que latas de refresco y cosas parecidas.
En el caso de Hidago Amajac, todo lo anterior esto no sucedió, sino que como hemos dicho se puso la pieza a disposición de las autoridades correspondientes y es ahora expuesta en un recinto que se ha construido exprofeso para que la dama sea visitada. He tenido oportunidad de visitar el recinto que pudiera asemejarse a una capilla. La comunidad ha abrazado a la joven dama huasteca.
Este tipo de relación no sólo es
buena, sino deseable, las comunidades apropiadas de su propio pasado, tienden a
recuperar y defender lo propio. Una sana relación del Instituto Nacional de Antropología
e Historia con las comunidades puede ser la principal defensora del patrimonio cultural.
Es un hecho que un hallazgo como
la joven Huasteca, pertenece a todos, pero mantiene una relación indisoluble
con la comunidad donde ha sido encontrada. No es el primer caso, donde la
comunidad se vuelve protectora de una pieza, en el mismo municipio, en la
comunidad de Las Flores-Cinco Poblados se halló al señor de la muerte, cuya imagen
recibe ofrendas florales. Todo ello es sin duda muestra de la profunda raíz precolombina
que seguimos manteniendo.
El señor de la muerte. |
Alejandro Durán Ortega
Fuentes:
1 https://revistas.inah.gob.mx/index.php/arqueologia/article/view/13461/14562
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