Leo la prensa, el día a día, y día a día me voy enterando y no sé si hago bien en leer, porque mi alma se llena de coraje, tristeza y vómito, todo junto. Acá, un centro cultural que destruyen para poner un estadio; por allá, una organización de maestros que reclama algo que se prometió y no se cumplió. De un lado, un líder con formas nazistas que apela a la idea de “defensa la nación” para aplastar a humanos que no concuerdan con sus expectativas económicas y culturales; del otro lado, una lideresa que no contesta preguntas directas y ronda en culpar al pasado, quitándose olímpicamente la responsabilidad actual. Mejor reculó la lectura del diario y entro a las redes, aparecen entonces los mensajes banales de siempre, y entre ellos las solicitudes de ayuda para encontrar al desaparecido, los gritos de la madre que busca a la hija, pero veo que el muchacho haciendo alguna idiotez y la muchacha enseñando el culo, tienen más vistas. No puedo evitar pensar que hace años tenía una espe...