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Mostrando entradas de diciembre, 2023

Janitzio Villamar e “Imagínate cómo besa”

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  He criticado a cierto tipo de poesía que pretende ser erótica usando cada tres párrafos palabras como "verga", "vulva" o "nalgas" y, que por mucho rayan en la vulgaridad y generan algunos sentimientos, más bien de rechazo y para nada eróticos. Lo mismo pasa con una serie de escritores que pretenden emular a Bukowski tan sólo por usar lenguaje soez. En fin, cada quien su pluma y sus gustos literarios. Hay, en cambio, en “imagínate cómo Besa” un sabor de largos deseos que uno no sabe cómo explicar. Me ha sorprendido sobre manera el libro de Janitzio, se trata de una obra que atrapa al apetito en ritmo, un ritmo tan claro, que aún ante la ausencia intencionada de algunos fonemas, el lector no pierde el norte; o quizás esa misma ausencia son la estrella polar que guía la lectura. La repetición de algunas palabras y fonemas asemejan a un gran tambor chamánico que guían a quien lo lee y lo hacen atravesar sendas mágicas que algunos conocemos por otras bata

Revistas estudiantiles en la Universidad Veracruzana y en la ENAH

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  Asistí antier, invitado por una alumna a una presentación de revistas de estudiantes de Letras Hispánicas de la Universidad Veracruzana. Los muchachos cursan el tercer semestre y el ejercicio se realizó a petición de uno de sus profesores que, si mal no estoy, imparte la materia de literatura hispánica en el siglo XIX. El entrenamiento fue exitoso si se piensa en que los estudiantes se ocuparon de formar una revista desde cero; el proceso para ello, no es nada sencillo. Lo sé porque hace algunos años fui testigo como en la Escuela Nacional de Antropología e Historia surgía “Voragine, Versión Etnohistórica,” comandada por una serie de etnohistoriadores en ciernes que pujantes llevaron a cabo esa tarea. Entre ellos recuerdo a Rodrigo Hernández Sandoval, Aaron Velázquez, Cristina Masferrer, y otros más. Desconozco si aquella revista sigue viva, se formó en el primer año que fui Jefe de Carrera y me siento orgulloso que haya surgido en ese momento; sin embargo, he de decir que, a difer

Xalapa y Casa Doña Falla

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  El día de ayer asistí a la conferencia que impartieron el Arquitecto Abraham Broca y mi querida amiga Esther Mandujano García. La cuestión giró en torno a la rehabilitación de una de las casas más emblemáticas de Xalapa conocida como casa “Doña Falla”, hipocorístico de “Rafaela”; y es que Rafaela Murillo Pérez era el nombre de una de las dueñas de dicha casa. En fin, que aquella me recordó cómo los wixárika, establecen los tukipas, siempre pensando en puntos cardinales ancestros y cosmología. Siendo una casona de gente acomodada económicamente, se logró una maravilla arquitectónica, aunque claro está, no siempre lo segundo es resultado de lo primero, antes, al contrario, luego se observan casonas con mucho mal gusto, pero con harto dinero. La arquitecta Esther Mandujano, el poeta Sergio Alarcón  y un servidor Casa Doña Falla, tiene alma, esa alma emergió del emblemático lugar donde fue construida, pero que se posibilitó gracias a las luces del Ingeniero José Barroeta y que vino a con

A las lupitas

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“Lupita es lugar común”, me dijo un amigo. No, claro que no. Pienso que “Lupita” es camino andado, es memoria antigua; miren, piénsenlo con calma. De aspiraciones huecas estamos llenos, y esas pretensiones se cristalizan en la búsqueda de nombres extranjeros y lejanos que pretenden en principio llenar con nombres, los imaginados vacíos. Así, una Kimberly, un Brayan, un Luca, una Nastienka, pretenden alejarse de lo que somos y ser muestra de modernidad. No es el caso de María, Emiliano o Sixto que son nombres que tienen media raíz en esta tierra. Pero el caso de Lupita es total, primero porque de Guadalupe se trocó en Lupe y haciéndola mexicana, se nos convirtió en Lupita. Su nombre se pinta hispano y americano. No, no es común, es histórico, porque estoy seguro que cada Lupita sabe dónde está parada. Un abrazo a todas y cada una de ellas. Alejandro Durán Ortega

Se acerca el 2024, ¿quién puede asegurar que sí llega?

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  Estamos a un año de que en México termine el primer gobierno de que aparentaba ser de izquierda; en la Argentina un personaje a todas luces mediático y tenebroso ha tomado la presidencia; en el medio oriente la vida continua como ha sido desde que Estados Unidos decidió crear el estado de Israel; ahí los muertos son pan nuestros de cada día; y se culpabiliza a las víctimas, (a caray esta última frase iba en la primera oración); los científicos descubren que el Gorgosaurus poseía un gusto selecto, al comer sólo las piernas de su presa; la inteligencia artificial avanza y unos se excitan y otros se atemorizan; las nueva generaciones son más afectas a los vídeos cortos que a la lectura en impresos largos que exponen ideas de extenso alcance. Y yo, llego a medio siglo de vida. Les confieso que nunca pensé en llegar a tal edad, tampoco imaginé ser testigo de la guerra fría, la caída del muro de Berlín, el desmembramiento de la URSS, la aparición de lo digital, y un largo etc. Soy, me pa

Hans Giébe, los mil y un soliloquios y las jaculatorias

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Hans Giébe ¿Cómo pensamos? Sin ser neurobiólogo me atrevo a decir que en la mayoría de nosotros los pensamientos se nos presentan coyunturales, y que en verdad éstos dominan gran parte de las decisiones que tomamos. Pasa el vecino; sí, aquel que te cae como patada en el hígado, ese que pone narcocorridos todos los fines de semana y se cree jefe de la mafia, aunque en verdad es narcotlapalero y ¡zaz! Es capaz de cambiar tu estado de ánimo. La mente te traiciona y en verdad su grotesca imagen se apodera de ti. O tal vez, vas conduciendo en la carretera y distingues una nube, y sin querer piensas en la relación nube – humedad – falta de nube – sequía. De ahí recuerdas la necesidad de recolectar el agua de lluvia, piensas en tu propia casa, y te viene un confort, ahí ya tienes cisterna captadora, y luego como nubarrones, vienen la idea del representante político que te quiere cobrar el agua que otorga el pueblo cuando no te llega ni gota, ¡mierda de políticos! ¡vaya rateros! Y así de la nu