Janitzio Villamar e “Imagínate cómo besa”
He criticado a cierto tipo de poesía
que pretende ser erótica usando cada tres párrafos palabras como "verga", "vulva" o "nalgas" y, que por mucho rayan en la vulgaridad y generan algunos sentimientos, más bien de rechazo y para nada eróticos. Lo mismo pasa con una serie de
escritores que pretenden emular a Bukowski tan sólo por usar lenguaje soez. En
fin, cada quien su pluma y sus gustos literarios. Hay, en cambio, en “imagínate
cómo Besa” un sabor de largos deseos que uno no sabe cómo explicar.
Me ha sorprendido sobre manera el
libro de Janitzio, se trata de una obra que atrapa al apetito en ritmo, un ritmo
tan claro, que aún ante la ausencia intencionada de algunos fonemas, el lector
no pierde el norte; o quizás esa misma ausencia son la estrella polar que guía
la lectura.
La repetición de algunas palabras y fonemas asemejan a un gran tambor chamánico que guían a quien lo lee y lo hacen atravesar sendas mágicas que algunos conocemos por otras batallas, en otras sabanas, con otros labios. Al leer la obra de Janitzio, es imposible no acordarse de ella, de aquella que te dejo zumbando y con esas letras, la memoria la vuelve a meter en los labios.
El suelo desaparece,
desaparece,
el suelo bajo mis pies
desaparece, rece
bajo mis pies el suelo
desaparece
bajo mis pies el suelo
desa desaparece, zum
todo desparece, todo.
Es de tus abejas
resultado,
todo, todo desparece
todo:
no hay tiempo, no hay
distancia
es todo la dulce la dulzura
de la tierna la ternura…
Con este camino chamánico propuesto
por Janitzio, puedo uno volverse a enamorar, o recordar lo que quiera recordar;
siempre y cuando se vuelva aprendiz de este chaman de las letras.
Alejandro Durán Ortega
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