Se acerca el 2024, ¿quién puede asegurar que sí llega?

 Estamos a un año de que en México termine el primer gobierno de que aparentaba ser de izquierda; en la Argentina un personaje a todas luces mediático y tenebroso ha tomado la presidencia; en el medio oriente la vida continua como ha sido desde que Estados Unidos decidió crear el estado de Israel; ahí los muertos son pan nuestros de cada día; y se culpabiliza a las víctimas, (a caray esta última frase iba en la primera oración); los científicos descubren que el Gorgosaurus poseía un gusto selecto, al comer sólo las piernas de su presa; la inteligencia artificial avanza y unos se excitan y otros se atemorizan; las nueva generaciones son más afectas a los vídeos cortos que a la lectura en impresos largos que exponen ideas de extenso alcance. Y yo, llego a medio siglo de vida.


Les confieso que nunca pensé en llegar a tal edad, tampoco imaginé ser testigo de la guerra fría, la caída del muro de Berlín, el desmembramiento de la URSS, la aparición de lo digital, y un largo etc. Soy, me parece, de esa última generación que uso máquina de escribir, mecánica, eléctrica y luego la PC. Las cosas han cambiado, los estudiantes marcan el rumbo a los profesores, y lo antiguo es rápidamente desechado por… por antiguo. Así se tira al niño con todo y el agua sucia.

En términos personales, volteo y veo un pasado con muchos errores, tal vez demasiados. Estoy hecho de errores, grandes, chicos, intrascendentes unos, como cuando decidí caer de pie, la primera vez que me aventé de un autobús en movimiento y resultó en tres o cuatro marometas y el doble de raspones y moretones; y trascendentes otros, como cuando decidí apoyar gente que luego discretamente sacó el puñal, encajándolo en mi espalda. Son, estas últimas pifias las que más valoro, son éstas las que más me han formado. Con ello no quiere decir que las haya aceptado de manera estoica, no, todo lo contrario, las he sufrido, gritado y llorado, pero aún con todo ello lo que me mueve es el motivo, al tener motivo la vida vale la pena ser vivida.

Les deseo feliz año, en principio éste, éste que aún no acaba y que le faltan días, valoremos los errores para que se acerque la vida plena y vamos que aún faltan cosas por enfrentar.

Alejandro Durán Ortega

 

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