La prensa
Leo la prensa, el día a día, y
día a día me voy enterando y no sé si hago bien en leer, porque mi alma se llena
de coraje, tristeza y vómito, todo junto. Acá, un centro cultural que destruyen
para poner un estadio; por allá, una organización de maestros que reclama algo
que se prometió y no se cumplió. De un lado, un líder con formas nazistas que
apela a la idea de “defensa la nación” para aplastar a humanos que no
concuerdan con sus expectativas económicas y culturales; del otro lado, una lideresa
que no contesta preguntas directas y ronda en culpar al pasado, quitándose olímpicamente
la responsabilidad actual. Mejor reculó la lectura del diario y entro a las
redes, aparecen entonces los mensajes banales de siempre, y entre ellos las solicitudes
de ayuda para encontrar al desaparecido, los gritos de la madre que busca a la
hija, pero veo que el muchacho haciendo alguna idiotez y la muchacha enseñando
el culo, tienen más vistas. No puedo evitar pensar que hace años tenía una
esperanza colocada al lado del corazón. Todo se desvanece
Alejandro Durán Ortega
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