Rincones de la Ciudad
En un trajín sin fin la gente va
y viene, ya lo diría Chava Flores “un hormiguero no tiene tanto animal”; personajes
conocidos y no tan conocidos, se dan cita en este céntrico lugar de la ciudad
de México desde el siglo XVI.
Únicamente es necesario sentarse por un rato en alguna de sus bancas y observar detenidamente para darse cuenta del zoo humano (con permiso de Desmond Morris) que se manifiesta al frente. Jóvenes malabaristas y aprendices de, se reúnen a practicar sus acrobacias. Las pelotas, aros mazas y bastones danzan por el aire, los monociclos ruedan hábiles en pies de sus conductores y entre ellos se aconsejan. En otro lado, un grupo de adolescentes comparten dibujos, rompen piñatas, cantan y ríen, todos ellos traen playeras y otros artículos que los identifican como killjoy. Arriba del Kiosco muchachos con gorra volteada, hacen uso del micrófono imitando sonidos de batería, “raperos” les dicen algunos, de lado sur los llamados "armys" hacen lo propio".
Más adelante, brazos levantan cartulinas con mensajes escritos: “cuéntame tu vida”, “se regalan abrazos” y otros, algunos transeúntes acceden y la oferta es concretada. Aunque curiosamente es la chica rubia la que más logra lo ofrecido. Los niños corren entre las fuentes buscando un chapuzón para mitigar el calor, mientras alguna madre grita “chamaco cabrón, ya te mojaste”, a lo que otra interpela, “yo por eso aquí le traigo ropa y su toalla”. La señora de las pepitas, cacahuates, nueces y demás botanas se detiene un momento en su vendimia para degustar sus alimentos, mientras el policía observa de un lado a otro y busca la sombra, “pinche puerco” le grita un joven tatuado que camina presuroso y que va con el torso desnudo, el policía sólo lo sigue con la mirada, el joven desaparece entre la gente. “Fiuuu, fiuu, en esa cola si me formo” se escucha, cuando una quinceañera apresurada pasa con sus chambelanes tras ella para sacarse la foto del recuerdo.
Juárez, “el benemérito” da la
espalda a todo esto, mientras una araña gigante apostada en la entrada del
Palacio de Bellas Artes amenaza con hacer correr el pavor entre todos, pero el
chilango ya no teme, antes bien, permanece confiado, se acerca a ella le toma
fotos y hasta la acaricia.
Todo ello queridos amigos se puede observar un sábado en la
Alameda Central.
toda una descripción pero de cualquier punto "representativo" de la gran metrópoli, Alameda, Monumento a la Revolución, Ángel, parque de Coyoacan, etc.
ResponderEliminarChido compadre siguele así
ResponderEliminarHaremos un gran esfuerzo, por lo mientras te invito a que describas algo de por allá de tus terruños y acá los publicamos, cómo no. Un fuerte abrazo.
EliminarCierto Lusa Borboleta, la ciudad está llena de estos puntos y de estos personajes.
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