Apuntes a propósito de Exceso de Muerte de Armando Bartra

 La colección de “Breviarios” del Fondo de Cultura Económica siempre me ha atraído, y tengo por costumbre entrar a la librería y buscar esos colores, lo cual habla por un lado de un cierto espíritu de coleccionista y por el otro, me recuerda a aquel que compra libros por color y por metro para engalanar espacios, porque de alguna perversa manera piensa que aquella posesión es indicativa de inteligencia. Nada más falso, se trata del complejo de comer hamburguesas con refresco “light”: contradictorio e inútil. En fin, recomiendo que no se fíen de personas que en espacio propio y regularmente a sus espaldas exhiben una retahíla de libros perfectamente ordenados por colores y tamaños, creando un atmosfera “tan intelectual”. Recomiendo confiar más (aunque con precauciones) en personas que tengan bibliotecas tipo Monsiváis o Piaget. Toda esta palabrería sirve de preámbulo para comentarle que he leído “Exceso de muerte” de Armando Bartra texto que se haya publicado en esta colección.


Es sin duda el de Bartra, un libro que se lee rápidamente y que presumo que a diferencia de otros textos del mismo autor rápidamente caerá en el olvido. No me refiero por supuesto a la calidad de escritura, que Armando tiene y mucha, me refiero al tipo de tema que aborda y el uso que hace del tema. Se trata de un tema coyuntural, desde varios puntos de vista. Coyuntural porque aunque el subtítulo título es atrayente “de la peste de Atenas a la covid-19” apenas dice algo sobre otras pestes y se centra más que otra cosa en la epidemia que acabamos de pasar, claro, no se trata de un texto histórico, aunque mantiene un orden cronológico. Es coyuntural también porque aprovecha para hacer apología del 4T, cosa que por lo demás es su derecho y libertad, pero uno se pregunta si es la colección Breviarios el lugar para hacerlo. (No, no me contesten. Saludos a Paco Taibo)

Armando, ha sido un maestro recurrente en los cursos de formación de Morena encabezados por el “Fisgón” y este espíritu lo ha manifestado siempre. Al respecto de su militancia y la de otros intelectuales, hablaba yo hace unos días con Hugo García Valencia, antropólogo de altos vuelos del INAH, y me recordaba un ensayo que realizó (Hugo) que permanece inédito, donde se les preguntaba a Bartra y a otros intelectuales “¿cómo habían sobrevivido a la caída del muro y de la URSS? Es interesante saber lo que Armando contestó, pero ese podría ser tema de otro texto. Por mi parte, asumo que muchos de nosotros hemos de preguntarnos ¿Cómo sobrevivimos a la caída del muro y ahora al desencanto de Morena?

Regresando al texto de Bartra, hay dos elementos que resultan trascendentes para entender cómo se posiciona él ante un hecho como el Covid 19. En primera instancia se habla de una crisis ontológica; la ontología como todo mundo sabe es parte de la filosofía que trata sobre el “ser”. Se trata entonces de un enfrentamiento del ser, se trata de una crisis donde el ser va a cuestionar forma, estancia y valía frente a una serie de fenómenos que el Covid agudizó. Fenómenos como el calentamiento global, la pobreza, la supremacía del mercado sobre lo humano etc.

Frente a esta desesperanza hay un camino, es el camino comunitario, la comunidad es la que ha enfrentado de manera más exitosa el Covid, no sólo porque son menos, (cosa que disminuyó los contagios) sino porque se hayan acostumbrados a enfrentar la incertidumbre y han desarrollado estrategias de enfrentamiento de crisis. Esta estrategia Bartra le llama “bricoleur” (hacer lo que se pueda, con lo que se tiene). El concepto nos los propone Levi-Strauss (aunque para otros fines) expuesto en el famoso “Pensamiento salvaje”.

Las formas comunitarias expresadas en el bricoleur dependen desde mi punto de vista de dos cosas un estado responsable y consciente (cosa que no sé si exista) y de agregar a la formula, las formas de la ciencia, punto central del conocimiento humano. Sin embargo, para que ello ocurriera la ciencia tendría que dejar de estar secuestrada por el mercado, cuyo brazo más visible es el Conacyt. La ciencia, es un hecho, hace mucho no vive en las universidades, se le logra ver de cuando en cuando vagando por un pasillo de alguna facultad, pero casi nadie la hace caso, pues todo mundo andas tras de unos llamados “puntos” que al parecer, son muestra de inteligencia, y que como los libros, algunas personas han comprado por metros y colores. Desconfíen amigos de aquellos que miden inteligencias en metros y colores.

Alejandro Durán Ortega

Comentarios

  1. Humberto Barceinas M14 de julio de 2023, 9:31

    Interesante comentario y observación sobre lectura de Armando Bartra. Solo quiero hacer notar un punto sobre el porqué tal vez también no les va tan mal en las comunidades rurales en cuanto a enfermedades de muy fácil transmisión y contagio. Me refiero a la menor densidad de población y a hábitos alimenticios y ambientales mucho menos contaminados que en las ciudades.

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