La guerra de las lenguas, el poder mundial anglosajón y el poder del español mexicano. (Primera parte.)

 Desde el 12 de octubre de 1492, se han iniciado, dos guerras. Una mundial y la otra continental. La primera ha sido verdaderamente una Guerra Mundial. Ésta, al contrario de las mal llamadas mundiales 1914-1917 y 1939 -1945, implica (aunque no todos se han dado cuenta) a todos los grupos humanos. Ha sido una guerra a la par de cruel y sanguinaria, tácita y silenciosa y de cuyo resultado dependerá el futuro de la humanidad. La segunda se ha venido librando desde esa fecha hasta la actualidad en el ámbito del continente americano. Me refiero a la guerra de las lenguas.

Dichas guerras como concluiré en esta pequeña opinión las van ganando el mundo de habla inglesa en la primera y el español se ha impuesto en América. Su máximo logro ha sido hacer creer a los hablantes de otras lenguas que es mejor, más elegante, más culto y más “progresista” hablar inglés, que por ejemplo, español o catalán y que es mejor hablar español, que quechua, náhuatl o maya.

Permítanme aclarar antes que anda dos cuestiones fundamentales. En principio quisiera dejar sentado una lengua o idioma es básicamente una manera de pensar y estar en el mundo, cada una de ellas, “alrededor de 7.097 distintas en el mundo, según la revista 'Ethnologue'” son el resultado de una experiencia humana específica. Son por ese hecho irrepetibles. Por ejemplo, el hecho de que los inuit, posean diferentes categorías para clasificar el color blanco, es debido a su particular experiencia como grupo humano. Esto quiere decir que cada lengua ha sufrido un recorrido histórico que la ha llevado a ser lo que es, pero sobre todo que en ella se expresan las posturas, los dolores, las alegrías, las formas de entender la familia, el trabajo, la solidaridad, la naturaleza y un largo etc. de ese grupo humano en particular.

En términos lingüísticos la lengua es un sistema de signos y simbólos particular, que al pronunciarse, plasma a su vez como ha sido, es y debería ser el mundo. Es decir, una lengua específica posee dentro de sí misma una manera específica de entender, estar y ser dentro del mundo. Mi querido maestro Leopoldo Valiñas menciona en una entrevista que la lengua posee tres funciones: En primera instancia la lengua posee un “potencial creativo y re-creativo de la realidad.”; en segunda instancia, la lengua está relacionada con la formación de la identidad ya sea individual o colectiva, y en tercer lugar la lengua permite el manejo estético de la realidad es decir con ella se pretenden expresar emociones contenidas que se quieren señalar. As pues, en gran medida la lengua expresa el ser de cada grupo humano.

https://www.youtube.com/watch?v=KWPPZCs6PJ0&t=940s

Aclarado lo anterior permítanme una segunda cuestión fundamental, en el habla corriente es común confundir lo que es un dialecto y un idioma. Casi siempre se hace referencia cuando se habla de dialecto a una especie de, por así decirlo, de un cuasi – idioma; una especie de lengua, pero con menos valor. A veces se pretende que la diferencia recae en una cuestión estadística, es decir el dialecto sería aquel que muy poca gente habla. Nada más lejos del análisis lingüístico. Ramón Arzápalo, querido profesor de la UNAM, hacía bien la diferencia entre lo que debe ser considerado un lenguaje, un idioma (o lengua) cosa que ya hemos indicado y lo que es un dialecto. Un dialecto no es más que una variante regional, social o histórica de una lengua, por ello en maya, el náhuatl, el zoque o el tepehua, son considerados idiomas, puesto que son un sistema de signos específicos y no deben ser llamados dialectos.

Un ejemplo forzado que nos puede ayudar a comprender lo anterior, es lo que sucede con el español de México cuya variante del norte del país, en contraposición de las del centro o sur, pueden ser consideradas variantes regionales del mismo idioma.

Una vez aclarada estas dos consideraciones podemos retomar, la cuestión planteada sobre la guerra de las lenguas. Cómo hemos señalado, cada idioma es único y, en él se deposita mucho de la forma de ver, entender y actuar en el mundo. Si yo quisiera dominar el mundo, en principio me ocuparía por imponer mi lengua sobre las demás, puestos que con ello aseguraría que mi forma de ver el mundo se impone. Es por ello que a los colonos ingleses no les interesó para nada recoger, aprender o valorara los idiomas nativos, ni les interesó por ejemplo relacionarse con ellos, sino simplemente los exterminaron.

Continuara…

Alejandro Durán Ortega







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