El barrio de Los Remedios y sus tradiciones otomíes: pertenencia, ritos y territorio; en Comonfort, Guanajuato
Teclas Invitadas Gilberto Pérez Camargo
Gilberto es antropólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En su andar profesional se ha dedicado a la Etnografía y ha sido participe de varios proyectos de investigación nacionales e internacionales. El texto que nos presenta es fruto del trabajo de campo realizado a petición del INAH y el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato. Fue presentado además en la XXX mesa de la Sociedad Mexicana de Antropología en Agosto de 2014. Un abrazo al estimado Gil.
El
barrio de Los Remedios y sus tradiciones otomíes:
pertenencia, ritos y
territorio; en Comonfort, Guanajuato
El barrio de Los Remedios se encuentra en la
cabecera del municipio de Comonfort, en la parte Este del centro. El municipio
anteriormente llevó por nombre Chamácuero, palabra de origen purépecha y que
quiere decir “lugar en ruinas”, porque cuando ellos llegaron en la época
prehispánica, encontraron un lugar en ruinas y deshabitado.
Esta
ponencia, surge como parte del trabajo realizado en el año de 2011 para el
Proyecto Arqueológico de Cerro de Los Remedios. En que me fue solicitado
realizar la Gestión social de la zona, como corresponde a un antropólogo
social. La zona arqueológica se encuentra en las faldas del cerro de Los
Remedios, donde está el barrio del mismo nombre, ambos toman el nombre por la
virgen homónima y que desde hace tiempo ha mantenido la cohesión entre el grupo
que ahí habita y su territorio. Es una comunidad donde existe una serie de
tradiciones en que se distinguen las peculiaridades del bajío: una fuerte
presencia religiosa en la vida cotidiana de la gente, y al mismo tiempo una
fuerte penetración de las formas religiosas populares en los ritos religiosos
cristianos.
Foto 1. Se observa los elementos de la ofrenda que van a ser llevados a las ánimas, aun dentro del templo de la virgen de los Remedios |
Esta
región está comprendida dentro de la zona que conquistaron algunos jefes
otomíes como Fernando de Tapia, Conín. Pero más allá de este pasado colonial,
en el barrio de Los Remedios, principalmente, se siguen reproduciendo
ritualidades de origen indígena, pero de la época colonial, como es el caso de
los concheros, su música, sus bailes, las velaciones, etc.; a esto agregamos
que el espacio que comprende el barrio de Los Remedios, es un territorio
comunal o poseído de manera corporativa. Esta forma de tenencia de la tierra,
habrá que verificarla en términos de propiedad, pues ellos dicen que el templo
de la virgen es la propietaria de la tierra, sin embargo en las oficinas de la
iglesia de Comonfort se niega de parte de los sacerdotes este hecho, pues
dicen que el barrio tiene sus propias
autoridades y que a ellas es a quién dan sus cuotas y que colaboran con faenas
anuales y actividades par la fiesta. Lo cierto es que factualmente, la gente
que vive ahí no paga impuestos al municipio y su tierra no está comprendida
como asentamiento privado. Ha habido intentos de regularizarla, pero la gente
no quiere.
Es
interesante que los fenómenos religiosos que se gestan en el barrio son mucho
mayores en importancia que los del “centro” del municipio. El tiempo que estuve
ahí trabajando, me dio material para hipotetizar que es la posesión corporativa
de la tierra en términos fácticos, la que permite que se despliegue una gran
cantidad de personas en el desarrollo de las fiestas, pues les dota de un
sentido de “cuerpo social”, y que forman en esa actitud una recreación de su
espacio social, simbolizado metonímicamente en la imagen de la virgen de Los
Remedios. Se ha intentado fallidamente “copiar” en el centro del municipio la
modalidad logística, organizativa y de eventos que el barrio tiene, tal como
las danzas; sin embargo no ha sido posible, porque no existe el mismo
“compromiso” por parte de la gente que no tiene un “motor” como lo es para la
gente de Los Remedios el territorio compartido que los corporativiza.
Foto 2. El Señor Agustín, fungió como
cabecilla,
en la foto se ve manipulando velas, cigarros
y sahumador frente a la demandita de la
Virgen de los Remedios
|
El título de esta ponencia habla sobre la
presencia otomí en el barrio, sin embargo esto no quiere decir que en la
actualidad alguien de la población se adscriba a este grupo étnico, o que lo
hagan como huachichiles, que eran el grupo étnico asentado al momento de la
conquista, en la actualidad la gente se reconoce como mestiza, y ya no se
hablan ninguna de estas dos lenguas. Pero como veremos más adelante la relación
con lo otomí y con una herencia indígena existe cabalmente en algunas de sus
tradiciones. La misma forma en que está configurado su territorio es ya por sí,
una herencia indígena.
Varias
son las celebraciones que se efectúan en todo el municipio, y en el barrio de
Los Remedios, siendo las más importantes las de la misma virgen en septiembre y
en diciembre. A más de estas fiestas tan importantes, existe una celebración
que nos pareció importante resaltar porque lleva en su significado un vínculo
con un personaje del pasado de la conquista colonial. Nos referimos a la
celebración del día 3 de noviembre, fecha
en que se “parte la Rosa” en memoria de la figura del que fuera el
cacique otomí don Pedro Martín del Toro. Actividad llevada a cabo en la punta
del cerro de los remedios, pero que inicia desde el mismo templo de los
Remedios y que culmina con una misa en la iglesia del señor de la Misericordia que
se construyó hace unos años, en la parte superior del cerro. Es en este ritual en
que se realiza una conmemoración a las ánimas conquistadoras de los caciques
otomíes que ayudaron a la “pacificación” de la región.
Foto 3. Preparándose a persignarse en la
Cruz del atrio.
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Del mismo modo que en Querétaro y otras regiones
de la Gran Chichimeca, los otomíes fueron quienes colonizaron estos
territorios, luchando y desplazando a los “chichimecas”, el territorio del
barrio forma parte de este proceso de colonización y estuvo habitado por
chichimecas, aparentemente huachichiles. Respecto a ese hecho histórico, se
guarda la tradición oral que dice de que una de esas ánimas, la de don Pedro
Martín del Toro, quien siendo un cacique otomí y colaborador de don Fernando de
Tapia, fue uno de los que ayudaron a la “civilización” y a la pacificación de
estas tierras, y que murió asesinado en el cerro que actualmente lleva el
nombre de la virgen de Los Remedios dejando su caballo una impronta en la cima
del cerro.
La tradición oral, así como en el caso de la
historia, nos remiten a la percepción de quienes construyen los relatos épicos.
Por eso en ambos casos no debemos pensar la historia o a las memorias
colectivas, como la historia, esto es como una serie de acontecimientos
que objetivamente acontecieron, sino que lo que debemos pensar es que se trata
de relatos o narraciones que nos hacen referencia a momentos importantes en la
vida de las comunidades y grupos humanos, y que quienes ganaron al imponer su
versión, sólo representan una parte de dichos acontecimientos y de dichos
grupos involucrados en tales hechos.
Foto 4. Dejando las velas dentro de la base
y haciendo
una persignación con un ramo.
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Si nuestra forma de comprender entonces la
historia es la de relatos, sujetos al imaginario de quienes lo producen, y de
esta forma percibimos que están basados en el concepto de lo vivido, hecho
que da forma a las estructuras de pensamiento, no tardaremos en darnos cuenta de
por qué lo mágico y lo divino, están irremediablemente imbuidos en los relatos
sobre acontecimientos históricos.
En este caso describimos una de las
versiones que existen sobre la muerte de don Pedro Martín del Toro: “se dice
que don Pedro, era uno de los que querían civilizar a los indios, y que él y
otros más fueron asesinados por los indios, y que al morir don Pedro, dejó una
huella de su caballo, justo en el lugar donde lo mataron”.[1]
Desde entonces se pasan a visitar los lugares donde están las ánimas de los que
cayeron para conmemorarlos.
Para esta celebración se reúnen unas cargueras de la virgen llamadas “tenanches”,
en el atrio de la Iglesia de los Remedios, también se dan cita los cargueros de
la fiesta grande de la virgen de Los Remedios, y con ellos llevan las llamadas
“demanditas” que son cajas que de madera y vidrio que en su interior llevan
imágenes de la virgen, todos ellos son guiados por una persona que hace los
rezos y que organiza las ofrendas. La ocasión a que pudimos asistir, se
encontraba a cargo un señor que proviene de la comunidad de Neutla, que se
llama Santiago, y que además es el encargado de una de las danzas de concheros
que se realiza en la región.
Foto 5. La primera ofrenda dedicada a María
Graciana
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La descripción del ritual es como sigue: Lo
primero fue entrar a la Iglesia a hacer una persignaciones sobre las velas,
frutas, flores (Cempasúchitl y garra de León), agua y botellas de alcohol
(vino) y cerillos que se emplean para la ofrenda (ver foto 1); realizadas por
Agustín quien como ya se dijo, fungió como cabecilla (ver foto 2).
Después de
hacer las primeras preparaciones y de poner sus velas y encenderlas sobre el
cuadro que se emplea en las velaciones, tomo una veladora y después de
persignarla con el sahumador, la empleó para persignar a los cargueros de la
Virgen, quienes de inmediato tomaron sus ramos y su demandita, y se dispusieron
a salir del templo. Llegaron a una Cruz que está en el atrio del templo, y el
cabecilla pasó ahí su sahumador (ver foto 3), allí llevaron velas y las
metieron en el espacio que tiene en su base (ver foto 4). Mientras le rezaban,
el cabecilla (Agustín) daba vueltas, dejándole a su paso flores en las
esquinas. Al terminar, salieron por la entrada principal y dieron la
vuelta a la izquierda hasta llegar a la
calle de la Cruz y de ahí empezaron a subir hacia la punta del cerro de los
Remedios.
Foto 6. Poniendo la ofrenda al ánima de la
Cruz.
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Al llegar casi a la cima, se
detuvieron por primera vez en un lugar que queda en la ladera sur del cerro.
Después de hacer el alto, y realizar una ofrenda hicieron una persignación y sahumaron con
copal. La ofrenda se componía de velas, de flores y unas pocas naranjas o
mandarinas partidas y abiertas en dos (ver foto 5).
Después subieron a donde se
encuentra una cruz y a ella dedicaron la segunda ofrenda, está ubicada en la
cima en su costado oriente, y ahí repitieron el mismo procedimiento de realizar
una ofrenda (ver foto 6). Y luego pasaron donde se encuentra una roca grande
que está también en el mismo costado donde está la Cruz (ver foto 7).
Al terminar de poner sus ofrendas, se
acercaron a la entrada del templo del señor de la Misericordia, ahí pusieron
una banca, encima de ella colocaron a la Demandita (ver foto 8), esto con el
fin de esperar a quienes traían las flores y para repartir la Rosa (ver foto 9),
durante esta acción, las personas van recibiendo ramos de flores de
cempasúchitl (ver fotos 10 y 11), mientras que cada uno debe de poner atención
porque dependiendo del Santo o la Virgen a quien esté dedicado el ramo que
reciben, es que tienen que irlo colocando según el ánima que vayan a visitar.
Foto 7. Poniendo otra ofrenda al ánima que
está en la Piedra,
cerca de la Cruz.
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Hay que señalar que el templo del señor de la Misericordia es muy
reciente, pues tendrá muy pocos años de estar construido, así que éste no forma
parte esencial, históricamente hablando, de la tradición de la ofrendas a las
ánimas, aunque se ha ido agregando, pues ahora en ese lugar es donde se realiza
la misa que marca la culminación de las ofrendas a las ánimas.
Algunas de las Ánimas requeridas en esa ceremonia son:
María Graciana
La Cruz
Ánima sorda
Ánima ciega
Pedro Martínez Chileverde
Ánima conquistadora
A todas ellas se les dedica una ofrenda y en
particular a la de Pedro Martín, que fue uno de los personajes que más se tiene
conocimiento en esta región, que participaron como caciques conquistadores
otomíes.[2]
Según se cuenta, en la parte más alta del Cerro de los Remedios, hay un hueco
en el suelo, que fue dejado por el caballo del mismo Don Pedro Martín del Toro.
Existe aun mucha confusión entre los
habitantes de los Remedios, respecto a cuando se habla de Pedro Martín del Toro,
en esto tiene que ver varios factores: el primero es que los apellidos pueden, o
no, coincidir, cuando hablamos de Pedro Martín del Toro Huachichile, Pedro
Martín del Toro, Pedro Martínez, Pedro Martín Chileverde; no obstante no
sabemos si estamos hablando del conquistador, Pedro martín del Toro, o si
estamos hablando de familiares, tíos, o descendientes suyos. En segundo lugar,
tenemos que la creación de las ánimas es un hecho “ficticio”, sin entender la
palabra ficción como equivalente a “falso”, sino como un referente relativo a
la poiesis, o sea a la creación. Por ejemplo, si uno quiere puede
“crear” un ánima si se lleva una cruz a las tenanches y éstas a su vez, la
llevan con el señor cura para que la bendiga, mientras que las tenanches se
encargan de “dotar” del ánima en cuestión, ya sea de un familiar, de un
personaje histórico, actual, o de algo en particular. El ánima sería entonces
un objeto, o soporte material, del símbolo de una “esencia”, o mejor de dicho,
de la presencia de un “ente”. Por tanto podemos encontrar una serie de ánimas —
las cuales siempre llevan el mismo soporte material: una cruz— de un mismo
“ente” en diferentes lugares. Esto hace pensar que la advocación a don Pedro
Martínez, no corresponde necesariamente a la presencia en estos contextos
geográficos de dicho conquistador, durante la colonización. Sino que en todo
caso, y si es cierto lo que dice el profesor Placido Santana Olalde (†), sería
un tío suyo quién quedó como encargado de regir estas tierras. Por más está
decir que con ellos su memoria fue enaltecida.
Foto 9. Repartiendo la Rosa entre cargueros
para
entregar la ofrenda al ánima respectiva.
|
Tenemos un tercer factor, Wright, en su
libro Conquistadores otomíes durante la guerra chichimeca,[3]
menciona que el texto que encontró y transcribió, es un documento que habla
sobre el cacique Don Pedro Martín del Toro,[4]
pero que se puede pensar que en él se “magnifica” la participación de dicho
personaje, con el fin de autentificar y justificar ciertas prebendas políticas
de caciques otomíes, en defensa contra los nuevos caciques españoles, quienes
trataron de despojarlos.
Según el texto trascrito por Wright, que de
los lugares por donde pasó don Pedro Martín del Toro, viniendo desde Santiago
Querétaro, se siguieron hasta San Miguel el Grande, y a su paso fundaron “el
pueblo de San Francisco Chamacuero; y el de San Lucas, pueblos de huachichiles
chichimecas manzos; y San Agustín. En este tiempo quisieron congregarlos y
juntarlos porque no estuvieran careciendo [sic] de doctrina”,[5]
en cuyas funciones aportaron ayuda a los españoles los siguientes personajes:
“don Juan Martín y don Pedro Martín del Toro, y don Fernando de Tapia (,)
natural que fue de la provincia de Tlaxcala[6]
el cual tuvo estrecha amistad con los yndios huachichiles de la cañada [...] y
en compañía de otros señores y caciquez salieron a pazificar capitaniándolos don Pedro Martín del Toro, y
don Nicolás de San Luis, y don Pedro Conejo, don Marcos Juan, don Agustín
García.”[7]
Foto 10.
Repartiendo la Rosa entre cargueros para
entregar la ofrenda al ánima
respectiva.
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¿Cuál es la idea que se tiene de hacer esta
celebración? Por un lado se trata de rendir homenaje a los civilizadores de
estas tierras de huachichiles, pero por otro lado la de generar un espacio de
relación con los antepasados, aunque esto no significa lo mismo para nosotros
que para los habitantes mestizos de barrio de los remedios, ellos posibilitan
de este modo una relación con las ánimas que les permiten obtener cosas o
situaciones, a través de pedirles o demandarles favores o peticiones, tomando
como intermediarios a las ánimas que se simbolizan en un cuadro que tiene
“velas de cebo”, de ahí viene la importancia de que estas celebraciones se
llamen velaciones, no porque se utilicen para alumbrar de noche, sino porque
cada ánima intercede para llegar al contacto divino, o bien al mundo de los
muertos, es en este sentido que ellos hablan de “abrir puertas”, pues podríamos
interpretar que según esta cosmovisión se entra a una realidad no cotidiana,
sino a otra de carácter sagrado.
Por otro lado desde el punto de vista
político de la celebración vemos que el resultado es el reconocimiento de los
conquistadores coloniales que en este caso fueron otomíes, no españoles.
Foto 11. Repartiendo la Rosa entre cargueros
para
entregar la ofrenda al ánima respectiva.
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En conclusión, el impacto que tuvo este
personaje histórico, aun resuena por estas regiones con una fuerza actual, al
grado que se le recuerda como uno de los que hizo posible la “civilización” de
estos pueblos chichimecas, con huestes otomíes. Pero hay que ser
cuidadoso cuando en campo nos enfrentamos a leyendas que nos explican, según
ellas, que en el Cerro de los Remedios, murió don Pedro Martín del Toro, y que
al morir su caballo dejó un agujero en el suelo con su pata. Ésta es quizá, una
forma de agradecer la fundación de estos poblados, gracias a la participación
de los caciques otomíes.
[1] Relato tomado en campo de don Pánfilo Olalde (†), habitante del barrio
de los Remedios, de Comonfort, Guanajuato; durante el mes de octubre de 2011.
[2] Consultar el apartado etnohistórico de este Reporte Técnico.
[3] Wright, David. Conquistadores otomíes en la guerra chichimeca.
Documentos de Querétaro 6. México 1988.
[4] 1er expediente del vol. 1783 del ramo de tierras, en el AGNM, el cual
perteneció a un cacique otomí llamado don Diego García de Mendosa Moctezuma, Ibíd.
pp. 13 - 16
[5] “Doctrina” se empleaba para llamar así a las Capillas y sus ritos
cristianos
[6] En el texto, Wright pone una nota aclaratoria, en la especifica que
don Fernando de Tapia, Conín, no era originario de Tlaxcala, sin embargo que
ahí conoció a los españoles y que eso pudo generar la idea de su procedencia,
pues al parecer era originario de Jilotepec
[7] Ibídem. pp. 49-50
Soy la carguera principal del cargo de las ánimas de la fiesta de los Remedios en Comonfort Gto. El motivo de mi comentario es por que usted realizo una investigacion de campo erronea, basada en los comentarios de el sr. Panfilo Olalde (Q.E.D) quien no tenia la mínima idea de lo que en realidad es la celebración y visita a las ánimas en el cerro de los Remedios, así como del cargo en general.
ResponderEliminarEn primer lugar no es el tema apropiado del blog en el que publico su informacion, pues se presta a malas interpretaciones y ademas es ofensivo, (duendes, brujas y nahuales...). Ni son las fechas y los datos que usted expone pues la interpretacion que usted dio a las animas no son las correctas. Lo invito a realizar una investigacion fidedigna y profecional digna de nuestras tradiciones, pues usted con la publicacion de esta informacion en un blog con este nombre es una burla, le expreso esto pues he recibido comentarios de mis cargueros que son personas que se encargan de preservar esta tradicion que inicia con la celebracion en el cerro de los remedios a manera de pedir permiso a las Animas que usted cito y la cual tiene ya muchos años de realizarce en nuestra cominidad. Le invito a que investigue mas y hago un llamado a su ética profecional para que retire esta informacion de su blog tan denigrante para una destividad de esta indole pues se ha estado compartiendo en redes sociales y se ha hecho a manera de burla pues si lo que usted busca es atraer visitas a su pagina por medio de titulos falsos es lamentable y ademas esta dando falsa informacion de nuestra comunidad. Espero lea mi comentario y se tome la molestia de atender a las peticiones que he comentado. Gracias.
Comonfort gto, 14 de agosto de 2015.
Soy la carguera principal del cargo de las ánimas de la fiesta de los Remedios en Comonfort Gto. El motivo de mi comentario es por que usted realizo una investigacion de campo erronea, basada en los comentarios de el sr. Panfilo Olalde (Q.E.D) quien no tenia la mínima idea de lo que en realidad es la celebración y visita a las ánimas en el cerro de los Remedios, así como del cargo en general.
ResponderEliminarEn primer lugar no es el tema apropiado del blog en el que publico su informacion, pues se presta a malas interpretaciones y ademas es ofensivo, (duendes, brujas y nahuales...). Ni son las fechas y los datos que usted expone pues la interpretacion que usted dio a las animas no son las correctas. Lo invito a realizar una investigacion fidedigna y profecional digna de nuestras tradiciones, pues usted con la publicacion de esta informacion en un blog con este nombre es una burla, le expreso esto pues he recibido comentarios de mis cargueros que son personas que se encargan de preservar esta tradicion que inicia con la celebracion en el cerro de los remedios a manera de pedir permiso a las Animas que usted cito y la cual tiene ya muchos años de realizarce en nuestra cominidad. Le invito a que investigue mas y hago un llamado a su ética profecional para que retire esta informacion de su blog tan denigrante para una destividad de esta indole pues se ha estado compartiendo en redes sociales y se ha hecho a manera de burla pues si lo que usted busca es atraer visitas a su pagina por medio de titulos falsos es lamentable y ademas esta dando falsa informacion de nuestra comunidad. Espero lea mi comentario y se tome la molestia de atender a las peticiones que he comentado. Gracias.
Comonfort gto, 14 de agosto de 2015.
Buen día, nos alegra mucho que lo que ponemos acá sea motivo de comentarios, sabemos que estos comentarios buscan ser constructivos y por lo tanto nos mantendremos también en esa línea. Y lo que ha expresado nos ha dejado con ganas de comentar cosas al respecto:
EliminarNos parece formidable que la carguera principal del 3 de noviembre se haya tomado la oportunidad de escribir, sobre todo porque nos interesa que las personas más involucradas hablen a través de una manifestación que no nos pertenece en términos de la práctica cotidiana, y quiénes mejor para hablar de las manifestaciones religiosas que quienes las reproducen y las viven. Queremos decir que todo trabajo etnográfico siempre es inacabado, y que esto es normal, porque estamos hablando de algo vivo: el ser humano y sus manifestaciones culturales. Esto quiere decir, y lo decimos a favor de Don Plácido Olalde (qué en paz descanse), no es que don Pánfilo fuera la persona a cargo de esa celebración, sino que sin su ayuda no hubiéramos conocido de la existencia de tal hecho. Nos contó una leyenda, eso sí, como tantas que pueden haber, innegable es el hecho de que la memoria colectiva cuando hace y reproduce las cosas con cierta variabilidad. Pero eso se debe, repito a que estamos hablando de la memoria de seres vivos.
Por otro lado queremos ser inclusivos y nunca cerrarnos a lo que otros escenarios del país, es por eso que el titulo del blog no es un insulto, sino que se debe a que hay lugares de nuestro país donde las creencias, si así queremos llamarlas, nosotros preferimos llamarlas cosmovisiones, conciben la existencia de tales seres. Por respeto a todos los grupos humanos y sus expresiones o manifestaciones religiosas, nos parece que descalificar el nombre del blog (duendes, brujas y nahuales) es descalificar esas expresiones de otras gentes que tiene tanta legitimidad como cualquier otra y es por ello que no resulta un insulto hablar de tales seres, los cuales tampoco servirían de comparación con las creencias de otros lugares porque nosotros no somos quién para calificar o descalificar a las personas. Sin querer extender más el comentario, le hacemos la más fraterna invitación a que nos ayude a darle mayor fundamento a nuestro trabajo, el etnógrafo está dispuesto a establecer el contacto pertinente a través de su correo electrónico: diasporayo@yahoo.es
Estamos a sus órdenes.
Gilberto Pérez Camargo
Quién es Panfilo Olalde,nunca lo leí en el texto.que buena información saludos
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