Cri-cri, la educación y las UBBJG
He estado presente en suficientes
eventos de escuelas de nivel básico para saber que Cri-Cri, “El grillito cantor”
es uno de los músicos compositores favoritos del sistema educativo mexicano. Sin
duda es uno de los personajes (tanto el grillo, como Francisco Gabilondo Soler)
que más han marcado a la niñez mexicana. Aunque a decir verdad también he sido
testigo de cómo el reggaetón tipo “mueve el culo mami, mueve el culo mami” han
ganado espacio en algunos centros educativos.
Fuente: https://cricri.com.mx/ |
Francisco Gabilondo nacido en 1907
en Córdoba Veracruz es conocido por esas canciones que seguimos escuchando de
vez en vez: “che araña”, “el chivo ciclista”, “el ropero”, “el chorrito” y
muchas más. También es encomiado por negarse a vender sus personajes a Disney,
que según se dice, serían usados por el dibujante y el gobierno estadounidense
dentro de una campaña para diluir la propaganda fascista de aquel momento. Gabilondo
resolvió que esos personajes fueron creados en la imaginación y ahí es donde
vivirían. Todo ello sucedió en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Algo poco conocido de este personaje
es que se dedicó también a escribir cuentos y; apropósito de ello y del
aniversario de su natalicio, Eduardo Huchin Sosa ha publicado en la revista
Letra Libres un excelente artículo titulado: “Los extraños y gozosos cuentos de Cri-cri”.
Huchin señala que:
“La
popularidad de Francisco Gabilondo Soler como creador de canciones ha hecho que
le perdamos la pista como autor de algunos de los cuentos más extraños, gozosos
y malintencionados de la literatura mexicana para niños.”
https://letraslibres.com/literatura/los-extranos-y-gozosos-cuentos-de-cri-cri/
Huchin nos hace ver cómo la vena
creativa de Cri-cri, implicaba una crítica para el mundo adulto. Por mi parte
ante semejante cosa me he dado a la tarea de revisar, (inducido por el texto de
Huchin) algunos de sus cuentos y aunque no he leído todos, prometo llevarlo a
cabo. Sin embargo, de los que sí he leído, me ha llamado la atención el que
lleva por título: “Soñador en gira”. Dicho cuento lo transcribo aquí abajo:
Soñador en gira
Una vez, en el
colegio, estaba Cri-Crí arrodillado frente a una pared con toda su atención
concentrada en un pequeño agujero. En esa posición fue sorprendido por el
director del plantel. Los lentes del profesor despidieron severos destellos.
Con voz tan
encogida como su postura, Cri-crí dijo: "estoy espiando para ver si sale
una araña". El rígido director apretó los labios y siguió clavándole la
mirada. Cri-Crí aún tuvo fuerza para balbucear: "Si no sale una araña tal
vez se asome otro animalito".
Con manos a la
espalda, el profesor era la personificación del mutismo. Su actitud inmóvil
alarmaba. Cierto es que nada podía decir: era la hora de recreo.
Pero en ese
selecto plantel, cuyo lema es: "moderación y dientes limpios", se
supone que, fuera de la clase, los niños se ocupen en juegos usuales en vez de
atisbar agujeros para ver si salen insectos. El director del colegio no
pudo contener un comentario despectivo: "¡Conque naturalista en cierne!
¡Hum! Uno de esos “don nadie”que coleccionan artrópodos. ¡Valiente ocupación
comparada con la toga, la industria y la banca!" Y dando un resoplido se
alejó.
Mucho más
habría despreciado a Cri-Crí de haber sabido que éste no tenía ningún interés
científico en los animalitos. ¡Espiaba
a las arañas porque, cuando caminaban despacio, parece que bailan tango!
Desde chico,
Cri-Crí sólo pensó en música y en bailes revueltos con cuentos de hadas. Andando
el tiempo se convertiría en soñador profesional. Y, como todos los soñadores,
Cri-Crí aborrece el ruido. Cierta vez que andaba triunfando por las provincias,
debido a falta de fondos se quedó atorado en la aldea de Tundelatapa, que está
muy cerca a otro villorio llamado Tañelotoche.
Tanto los
habitantes de Tundelatapa como los de Tañelotoche pretendían ser más alegres y
bullangeros que sus vecinos. Noche a
noche los de Tundelatapa se aglomeraban al aire libre para reír a mandíbula
batiente y sus carcajadas se escuchaban una legua a la redonda. A su vez, los
de Tañelotoche, en grupo compacto, respondían haciendo chocar cuantas sartenes,
cacerolas y ollas de metal había en la aldea.
No tardaban los de Tundelatapa en echar a vuelo las campanas de la
iglesia más otras campanas que habián adquirido y que ya no sabían dónde
colgarlas. Entonces los de Tañelotoche
contestaban con ... Pero ¡basta!
Si se aclara
que de una a otra aldea la distancia es de un centenar de pasos con piernas
escandinavas, es fácil imaginar qué nochecitas pasó Cri-Crí, amante del
silencio. Muy a gusto habría puesto un universo entre él y los ruidosos; mas no
podía marcharse porque estaba esperando dinero de casa. Fuerza fue amasar
paciencia y sufrir como el trasnochado maestro remendón. http://www.cri-cri.net/Cuentos/051.html
Si nos detenemos un poco en este
maravilloso cuento, resulta que aquel docente enojado, vomita las siguientes
frases "¡Conque naturalista en cierne! ¡Hum! Uno de esos “don nadie” que coleccionan
artrópodos. ¡Valiente ocupación comparada con la toga, la industria y la
banca!" Y dando un resoplido se alejó.”
La crítica de Cri-cri es sencillamente
demoledora, una toga (magistrados), la industria (empresarios) y la banca
(economistas, contadores etc.) son desde la perspectiva del adulto el camino
correcto. Mientras que esos naturalistas (léase, biólogos, antropólogos
pedagogos, literatos, etc.) no contribuyen en nada desde la perspectiva de
aquel docente.
Las cosas no han cambiado mucho desde
la Segunda Guerra Mundial para acá; acabo de saber que a muchos docentes de las
UBBJG se les ha corrido, porque ser pedagogo, antropólogo, psicólogo etc. es
sinónimo de ser “neoliberal”. Curiosa cosa que una profesión te marque el actuar
político, pero que se puede esperar de alguien que piensa que el Desarrollo Sustentable es cosa de "hipistemólogos" y que tenemos que dejar a las trasnacionales actuar en nuestros territorios, porque ¡por Dios! ¿Quién nos dará empleo? No cabe duda que hacen falta, más grillitos cantores.
Alejandro Durán Ortega
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