Cuentos mestizos de la Sierra Madre (2a Entrega)
Como habíamos señalado, (primera entrega) este cuento corresponde a la serie de relatos exagerados que se escuchan entre los habitantes de la parte serrana de la Huasteca veracruzana. Regularmente son narrados entre amigos y en tono de competencia, y su efectividad radica en el absurdo e inverosimilitud de los hechos que narran. Son relatados casi siempre en primera persona, haciendo del narrador el protagonista o el supuesto observador directo del hecho.
La Batalla
Sucedió cierta tarde
que un pastor de ovejas después de haber cuidado todo el día su rebaño, decidió
regresar al corral para encerrarlo. Aquel pastor condujo al grupo hasta un
arroyo donde existía un estrecho puente el cual debía cruzar para dirigirse
hacia su casa. Una vez que llegó al puente se encontró con que otro pastor
conducía sus ovejas en el sentido contrario.
Aquellos dos rebaños
quedaron frente a frente sin que ninguno de los dos pastores concediera el
paso. Para agravar la cosa, los pastores azuzaron a sus respectivos borregos
machos y líderes del rebaño hacia el frente con la intención de que ante su
fuerte presencia el otro grupo retrocediera. Aquellos carneros al verse cara a
cara y como es natural, comenzaron a preparase para la batalla. Tomando impulso
se lanzaron uno frente al otro e iniciaron un duelo sin tregua chocando sus cornamentas. Aquellos pastores fascinados por el espectáculo decidieron
dejar a los machos que continuaran la pelea, deseosos de que el de su propiedad
ganara.
El duelo era
encarnizado y continuó por varias horas, tanto así, que la noche llegó y el
desafío continuaba. Aquellos animales retrocedían solo para tomar carrera y
trenzarse en feroz batalla de cuernos sin que ninguno de los dos cediera. Cada
choque de cornamenta producía un sonido sordo, y casi se podía ver como ante
cada golpe, aquellos cuernos iban perdiendo parte de su consistencia. Los
pastores cansados ya, decidieron pernoctar en el lugar y quedaron al cabo de un
rato profundamente dormidos, dejando así que los borregos decidieran el asunto.
Al otro día, en cuanto el gallo cantó se levantaron aquellos hombres para ver
el desenlace de la batalla, y llegado al punto del encuentro, cuál no sería su
sorpresa al ver que tanto había sido el choque de frente entre estos dos
animales, y el desgaste producido por el mismo, que de aquellos belicosos
borregos sólo quedaba el “rabo”. Lo más curioso es que pudieron atestiguar como
los pequeños rabos continuaban la batalla y retrocedían para salir disparados y
encontrarse frente a frente.
Alejandro Durán Ortega
estimado Dr. Duran este cuento de nuestros mayores nos demuestra que una "cola" siempre mueve a la manada y da batalla por el territorio, dirían los entendidos de estos tiempos de milicianos sub urbanos y neo rurales que va a "pelear la plaza".
ResponderEliminar...ya en cosa seria me gusto el cuento, que sigan las publicaciones..un abrazo
....por cierto magnifico cuento Dr. espero con ansia loca las futuras y nuevas entregas de su fina y distinguida mente y de su amplia acervo de recolección y trabajo de campo en nuestras comunidades
ResponderEliminarEstimado amigo:
ResponderEliminarSin duda es un relato exagerado como lo propone la introducción que haces al principio, pero de una gran enseñanza, ya que nos muestra la férrea terquedad, no sólo de las personas, sino que lo reflejan en sus animales. Un abrazo y enhorabuena...
Excelente, gracias
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