Un paseo ciclista.
Teclas Invitadas
Jesús Lara Preciado*
Y allí me encontraba, llegué
temprano, después de muchos incidentes y pensando que el esfuerzo no valdría la
pena, pues llagaría tarde. Pero mi familia no fue la única, había más
despistados que antes que llegar retrasados, lo hicieron temprano; uno que otro
se acercaba mí para preguntarme a qué hora daba inicio el paseo ciclista, y
para salir de dudas nos acercarnos a un mordelón de tránsito.
Mientras esperábamos que el paseo
iniciara, vi llegar uno a uno, a más de cien ciclistas. Nunca había pensado en
la diversidad en el ciclismo, desde pequeño me fue natural montar mi bicicleta
y salir con mis hermanos a dar la vuelta a la deportiva de Villahermosa –ciudad
donde crecí-, nunca me cuestioné el hecho de que en casa teníamos tres bicicletas:
una de carreras –hoy llamadas por los amantes del deporte elegantemente de ruta-,
una BMX y la clásica Vikingo. Pero fue hasta ayer que reparé en el hecho de que
no sólo hay diversos tipos de bicicletas, sino lo más importante, que existe
toda una fauna de aficionados a ellas.
Pero antes déjenme explicarles
algo; el paseo ciclista en Celaya fue organizado -según entiendo-, por primera
vez hace casi 30 años por un corredor celayense de talla internacional, Don
Cleto Yáñez y desde entonces es el quien junto con su familia organiza dirige y
motiva mes con mes este paseo; a todos ellos mis respetos y admiración por esta
labor.
Con Don Cleto se habré el primer
grupo de ciclistas, el de los interesados en el deporte y en especial en
popularizarlo. El segundo grupo que se distingue casi de inmediato por sus ‘bikes’
de grandes marcas, componentes de alto desempeño y alguna otra maravilla y
accesorio, este grupo es el de los
fresas del paseo; ya saben, en bicicletotas carísimas pero que nunca han usado,
como lo certificaban sus llantas, y no hablo de las que montan si no de las que
llevan a nivel de cintura.
Un tercer y compacto grupo era el
de las bicis “tuneadas” o personalizadas, todas ellas en colores oro o plata,
rodadas pequeñas y con mucho más rayos y ‘centellas’ de los necesarios, en fin,
creo que algunos les dicen chopper o cholas, y para terminar con ellos, basta
decir que una de ellas incluía en sus accesorios una pantalla plana en la parte
trasera y más equipo de sonido que mi humilde automóvil. Pero los “cholos” no son el único grupo de
bicis personalizadas, también está un cuarto grupo que ha colocado en sus
máquinas luces de todos colores y en todos lados; etiquetas, banderas, ruidosas
sirenas y reproductores de mp3 o radio; algunas de éstas terminan pareciendo
motocicletas rehabilitadas, después de un largo periodo de abandono. Sin
embargo hay que aceptar y agradecer que algunos de estos “tuneadores” son
voluntarios y participan en la seguridad del paseo como abanderados y que lo
hacen con alegría y autentica actitud de servicio.
El quinto grupo lo distingues más
por su actitud que por sus biclicletas, es el del ciclista cotidiano, el
cliclista urbano, ese que todos los días por ahorrar en tiempo, tráfico, pasaje
o gasolina toma su bike para ir a todos lados; este grupo utiliza triciclos, bicis
lecheras, de montaña, la turista, etc. Lo importante es cómo este grupo toma la
calle y la goza a cada pedaleo, libre de que un loco le eche el auto o de
perdis le toque el cláxon recordándole a su progenitora, lo importante en ellos
es la cadencia de su pedaleo que va acorde al ritmo sereno de su corazón, al
brillo de sus ojos y a lo relajado de su rostros. El último grupo es el de los
papás que llevan a sus hijos al paseo con la intención de cansarlos un poco, de
que hagan ejercicio, de que aprendan a andar bien en la bici o como yo, que
llevo a mis hijos para que se enamoren del ciclismo como su padre, aunque para
ello tenga que literalmente remolcarlos y esperar que el aire fresco y el
ambiente baste para motivarlos a jugar en el jardín de la casa con su triciclo hasta
salir a la calle con su aún inexistente bicicleta. Siempre hay que aplaudir de este
grupo a los niños más pequeños que desde los 2 y hasta los 10 años van con su
llantitas a los lados para no caer, sufriendo por controlar la dirección
mientras voltean a ver a los otros participantes o a su papá que le va
alentando por todo el camino.
En fin, ésta es la variedad que
pude ver en el primer paseo ciclista de este año, pero ¿cuántos tipos más no
habrá?; por ejemplo, se me ocurre los que utilizan toda la ciudad como un reto
de parkour, los que circulan en las carreteras como peregrinos o como veloces
corredores, los que surcan las montañas y hasta cruzan ríos o los que recorren
la ciudad con sus negocios de tamales, pan, elotes, dulces, etc.
Y a todo esto, tú, ¿qué tipo de
ciclista eres?
Celaya Gto. 29 de enero de 2014
Imágenes:
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