Ilamatlán Veracruz, Manos de mujeres artesanas

Martina artesana de Atempa

Martina mostrando el barro.


Las manos de doña Martina son, por así decirlo, una especie de mapa de la vida de todas las mujeres artesanas de México. En ellas se reflejan, a veces de manera tenue y a veces con una fuerza desmedida, las largas horas de trabajo necesarias para traer a la vida un objeto, la destreza necesaria para crear con fuerza y cariño a la vez. Estas manos no son las de la mujer refinada, son más bien las de la mujer trabajadora y por lo tanto para mi, son aún más hermosas, porque el primor de las primeras radica en los aderezos de belleza colocados y untados diariamente, mientras que en las segundas la beldad está en ellas per se, de éstas surge lo primoroso, y cual diosas creadoras van formando, moldeando llenando de vida. Por ello, una caricia con esas manos equivale a un acto de bondad supremo, puesto que las "hacedoras" incuban algo allí donde tocan. 
Polvo resultante de la mezcla de chileliztli y tlalli

Los objetos que surgen de estas manos son de diversa naturaleza, pero en el caso de Martina se trata de comales, y si bien son  objetos utilitarios, éstos no dejan de tener su luz propia a través de la impronta que les deja Martina, pues a la manera de hau, o especie de ánima les da espíritu de vida.


Son los comales y sahumadores una de las artesanías más vivas en la comunidad  de Atempa, Municipio de Ilamatlán.  Doña María Martina, mujer que quedó viuda muy pronto se ha dedicado a dicha actividad para poder sobrevivir. Ella junto con otras mujeres recorren a pie el camino durante cuatro horas para poder ir y venir del lugar donde se haya el chileliztli o yeso. Una vez en el lugar hay que sacar las piedras, y regresar con ellas por el mismo camino.
Piedra Chileliztli o yeso con el cual se hacen los comales.

El proceso es cansado y laborioso, además del yeso o chileliztli, es necesaria la tierra o tlalli, así como leña especial de un árbol conocido como Palo de Sangre y tal vez el nombre le quede al pelo, pues de sangre y espíritu están hechas las cosas que hacen las mujeres nahuas. 

Como hemos indicado el el yeso o chileliztli lo traen de un cerro que se encuentra a dos horas de camino y son rocas de considerable tamaño que poseen una especie de cristales, esta roca es sacada con marros y trasportada a la casa de la artesana. 
Martina modelando la arcilla para hacer el comal

Una vez que se tienen todos los elementos, el chileliztli es molido con maceta hasta dejar lo convertido en pequeños trozos, los cuales son puestos a cocer durante una hora dentro de una olla que queda bien tapada. Una vez cocidos estos trozos, se muelen y quedan hechos polvo, éste se revuelve con tlalli que es traída de otro cerro cercano. A dicha mezcla se le agrega agua y el resultado es una especie de barro de color café claro. Este preparación se va colocando en en moldes especiales donde Martina les va dando forma. Es este uno de los momentos donde se aplica toda la destreza de las manos.


Proceso de cocido de comales.

Una vez que han tomado la forma y el tamaño que Martina desea se les deja secar y un par de días estarán listos para el alisado el cual se realiza una con una piedra especial llamada citlaltetl, piedra de estrella en nahuatl, de la cual he escuchado variadas referencias en campo, baste decir que su uso no sólo se restringe a la función de herramienta para elaborar comales y que existen varios relatos míticos que he logrado colectar al respecto.

Citlaltetl (Piedra de estrella)

El alisado es en especial importante, pues con él los comales adquieren la tersura necesaria para poder, por ejemplo, hacer tortillas. Una vez hecho ésto, comienza el proceso de cocimiento, para lo cual primero es necesario "rajar" bastante leña de árbol del que ya hemos hablado,"palo de sangre". Es impresionante ver la destreza con la que Martina utiliza el hacha. Lo hace parecer sencillo, pero en realidad cualquiera de los que hemos utilizado este valioso instrumento sabemos que no lo es.
Una vez hecha la fogata los comales se van  colocando en series encimadas de tres o cuatro piezas, o como dice Martina "se ponen en pancles".


El fuego hace poco a poco su labor pero es necesario estar constantemente al pendiente. Ayudada de dos varas Martina va sacando del fuego los comales que ya están listos y va colocando más. 

Los comales tienen un mercado local muy reducido y se venden en $ 70.00 en la cabecera municipal el día de domingo que es tianguis, pero a decir verdad dicho tianguis no tiene la presencia y cantidad de productos que se ven en otros de la región.

Por todo ello querido lector no regates con un artesano, al comprarle un producto estás comprando parte de su ser. 

Fotografía y texto: Alejandro Durán Ortega

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