De cómo afrontar la idea de “progreso” y la culpabilidad por ser pobres.

 Hace unos días, escuchaba a una senadora intentando explicar por qué el sistema de becas y apoyos que el actual gobierno está implementando son parte de un plan maquiavélico para “controlar” a México y el mundo. Su decir, no era para nada novedoso; en él se expresa básicamente la idea de que ser pobre es culpa del propio pobre, debido principalmente a que: o es un flojo o, en el mejor de los casos no se ha esforzado lo suficiente o bien, es un ignorante que no sabe cómo emprender.



Este tipo de ideas han terminado por permear en algunos sectores sobre todo de la clase media, y derivan de una postura claramente burguesa, donde se piensa que todo lo obtenido (hablan sobre todo de bienes materiales) es producto de un esfuerzo personal, la fórmula es clara: “entre más trabajas, mas obtienes”. Dicha fórmula, tiene entonces una derivada: “si no tienes, es porque no trabajas o te falta preparación”. Este pensamiento se expresa en frases como “no les des pescado, enséñales a pescar”.

Pues bien, resulta que si tal fórmula fuera cierta, tendríamos que contemplar que el trabajo puede ser entendido, como el uso de energía para realizar una actividad, ya sea intelectual o física. De esta manera, según la célebre fórmula “a más trabajo personal, más riqueza obtienes”, dos oficios, desde mi entender deberían generar una de las mayores riquezas: el albañil y el campesino. No creo que existan dos trabajos que requieran más energía física y, sin embargo, regularmente, estos amigos son contantemente pobres. ¡Oh ya sé! Se me dirá que es una exageración, que esos oficios no están ligados por ejemplo a un hecho fundamental, la idea de “progreso”. Que les falta a ellos ser emprendedores. Sin embargo, resulta que en este país, nuestros mayores emprendedores, digamos un Slim y un Salinas Pliego no generaron su riqueza a partir de un esfuerzo personal de trabajo, o de una evaluación del mercado, ¡no! Esa riqueza está generada por el compadrazgo y los beneficios que obtuvieron de relaciones políticas.


Así pues queridos amigos, la próxima vez los critiquen por ser pobres y recibir una beca o, ser mantenidos del gobierno, pueden ustedes recordar que, aquellos otros, también lo fueron, (mantenidos, beneficiados) y sin más no es lo mismo, partir del piso parejo, que de 10 escalones más arriba en la escalera de mi compadre.

Alejandro Durán Ortega

Comentarios

  1. De acuerdo totalmente, estimando Durán. Es lo que se llama la meritocracia.

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  2. Los mismos premios de economía han señalado la falacia del esfuerzo como único mecanismo para cambiar de situación socioeconómica, indicando, precisamente, que mucho depende de donde has nacido, a qué tipo de estudios tienes acceso, con quiénes te relacionas, etc.

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    1. En una cosa tremenda andamos metido, Jorge Alberto, y en el camino andamos

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